Carta con respuesta

Hoy, por ejemplo

Estremecedoras noticias, con sus respectivas imágenes, las que nos llegan constantemente sobre la tragedia migratoria. Seres humanos que intentan alcanzar una vida mejor, mujeres embarazadas, niños de corta edad... cadáveres que ya reposan en el fondo del mar. Algún día alguien deberá responder de ese genocidio encubierto, al servicio de los intereses de una mano de obra de baratillo, para una economía poco escrupulosa con los derechos laborales que, con la colaboración de las mafias, especula con la vida, la libertad y la dignidad de los que, navegando hacia la muerte, hayan logrado sobrevivir. Quienes de forma tan irresponsable han fomentado con el ‘efecto llamada’ esa aventura imposible (tal vez, incluso, con la perspectiva de sumar votos a la vergüenza) deberán responder algún día por haber colaborado en esa tragedia.

JORDI S. BERENGUER BARCELONA

No tengo ni la más remota idea de qué es el efecto llamada. Siempre he creído que no es más que el desvergonzado invento de los partidarios de reprimir la inmigración: hay que ser más duros, si se lo ponemos fácil, nos invadirán, nos quitarán el trabajo a todos, violarán a nuestras hijas, saquearán los grandes almacenes y organizarán misas negras en las catedrales románicas. ¿Alguien cree de verdad que se montan en pateras porque se lo ponemos demasiado fácil? ¿Usted lo cree? A mí me parece tan impresentable como sostener que aumentan las violaciones por el irresistible efecto llamada que supone llevar falda corta.

Sucede que la inmigración es un derecho (Declaración universal de los derechos humanos, art. 13); y sucede también que hasta nuestra Constitución (art. 13) reconoce a los extranjeros en España los mismos derechos que a los nacionales (salvo los reconocidos en el art. 23, como el voto, acceso a la función pública, etc.). Los mismos: educación, trabajo, vivienda, etc. Así que, desde mi punto de vista, los inmigrantes tienen todo el derecho a venir y, una vez aquí, los mismos derechos que yo (y que usted). ¿Que nos invaden? Pues que nos invadan, tienen todo el derecho. La otra opción es mantenerlos en la pobreza para que nosotros vivamos mejor. ¿Por qué las empresas se establecen donde les dé la gana, pero le negamos el mismo derecho a las personas? ¿Que no hay trabajo para todos? Pues muchos nos quedaremos sin trabajo. A lo mejor así nos da por pensar por qué condenamos a la mayoría de la población a la miseria para garantizar nuestro bienestar. Y a lo mejor, si pensamos, nos da por hacer algo.

Así que estoy de acuerdo con usted: algún día alguien deberá responder. ¿Alguien? Por ejemplo ¿quién? ¿Por qué no también usted y yo? ¿Algún día? ¿Y por qué no hoy? ¿A usted no le parece que ya va siendo hora?

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