Carta con respuesta

Qué fenómenos

Una asociación británica atea ha desembolsado 88.000 euros en una publicidad cuyo lema reza: "Probablemente, no hay Dios. Deja de preocuparte y disfruta de la vida". Que Dios no existiera sería lo realmente preocupante y nos abocaría a un profundo sinsentido. Sin Él serían inexplicables desde la mecánica celeste a las geometrías orbitales, que las mariposas no puedan volar si su temperatura corporal es inferior a 30º, que algunas moscas midan la velocidad del viento con sus antenas o que los camellos tengan tres párpados para protegerse de las tormentas de arena. Si usamos la inteligencia humana para descubrir que ciertas leyes universales omnipresentes y necesarias existen, cuánto mayor será la inteligencia del que las ha dictado y las mantiene, y no sólo las leyes, sino cada individuo con sus particularidades concretas. De todas formas, los que reniegan de la existencia de Dios se basan en la negación de la afirmación de que Dios existe y no pueden desembarazarse de ella.

LISA JUSTINIANO MADRID

Bueno, 88.000 euros no es nada, una filfa comparado con todo lo que apanda la Iglesia católica en este país para hacer publicidad de sus creencias en los colegios, por ejemplo. Además, eso no será dinero público, como lo es aquí. En cuanto a las explicaciones, me recuerda a lo que decía Nabokov (a otro respecto): eso es como el mago que pretende explicar un truco haciendo otro. Los camellos tienen tres párpados porque a Dios así se le ocurrió en su infinita sabiduría. ¡Córcholis, ahora lo entiendo todo! ¡Haberlo dicho antes, mujer! ¿A qué clase de inteligencia (llamémosla así) puede dar satisfacción semejante salida de pata de banco?

¿La negación de una afirmación? Eso ¿cómo se come? Si a mí se me ocurre afirmar que el universo ha sido creado por un escarabajo inmortal que está oculto en un sembrado de patatas cerca de Manoteras, desde donde dirige nuestros destinos y el curso de la Historia, ¿qué diría usted? Quizá negara tal sandez, ¿verdad? Pues también estaría... ¡negando una afirmación de la que no se podría librar! ¡Atiza! La carga de la prueba, imagino, me corresponde a mí, que soy el que propongo la majadería, no a usted, que maldita la falta que le hace mi escarabajo divino de Manoteras. Aplíquese el cuento.

De todas formas, no quiero discutir la existencia de Dios y su intervención sobrenatural, oportuna y decisiva en la multiplicación de los párpados de los camellos. Sólo un comentario: en este país donde el dinero público paga una clase de Religión (y profesores), ¿le escandaliza que otros paguen de su propio bolsillo, sin obligar a nadie a nada, unos pocos euros para propagar sus ideas? Son ustedes formidables. Unos auténticos fenómenos, oiga.

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