Carta con respuesta

Quo usque tandem ZP

Este año, las chocolatinas de los calendarios de adviento se esconden bajo ‘Barbies’ más rosas que nunca, ‘Mickey Mouses’ o ‘Papanoeles’, figuras  populares que pujan entre las preferencias infantiles, pero sin alusión alguna a lo que la Navidad real esconde. Dicen que nuestra época aprecia más la forma que el fondo, y debe de ser así, pues el nacimiento del Hijo de Dios no merece aparecer plasmado en la tapa de un calendario de cartón de 2 euros. Los niños ya no saben lo que se celebra el 25 de diciembre, pues todos al unísono se encargan de esconderse y esconderles un misterio que compromete demasiado. Y para que la Navidad sea alegría primero hay que reconocer la obra de salvación que se inauguró en el portal de Belén. Salvados... ¿alguien sabe de qué?

ISABEL PLANAS VALENCIA

Y todas estas atrocidades, ¿ocurren en Valencia a la vista de todos y ante la pasividad cómplice de los poderes públicos (por cierto del PP)? ¿No se ponen allí nacimientos ni buey ni mula ni nada? ¿Se les oculta a los niños? ¿No se cantan ni siquiera villancicos con la pandereta y la zambomba? ¿No hay reyes magos ni cabalgatas? ¿No tienen en Valencia ni la lotería del Niño? ¿Hay un turbio pacto de silencio y están juramentados todos para no mencionar nunca el portal de Belén? ¿No interesa acaso que se sepa? Lo admito: es peor que la conjuración de Catilina. O tempora! O mores! ¿Hasta cuándo, Zapatero laicista, abusarás de nuestra paciencia? Y esto ocurre a la vista de todos. Y el senado lo ve y, sin embargo, este individuo vive. ¿Que si vive? Mucho más: no sólo vive, sino que incluso se presenta en público, como si tal cosa; y señala y destina a la muerte, con sus propios ojos, a cada uno de esos belenes de cada casa.

Claro que, por otra parte, de la fecha de nacimiento de Jesús sólo una cosa es segura: que no fue el 25 de diciembre. La fecha de la navidad se escogió, no del todo a voleo, sino más bien de forma oportunista: la hicieron coincidir con las saturnales romanas, porque pensaron que así se facilitarían las conversiones. Una (rudimentaria) estrategia de marketing del papa Julio I.

Así que, ¿hasta dónde llega su pasión por la autenticidad? ¿Sólo hasta donde le interesa? ¿Hasta la navidad cristiana o también hasta la navidad "real", que celebra el solsticio de invierno? ¿Qué es lo "real": lo más antiguo? O dicho de otra forma: ¿qué más dará lo que se celebre, mientras nos deseemos felicidad y podamos brindar?

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