Carta con respuesta

Sucia de besos y arena

Sus sortijas significan que no sostendrán relaciones carnales hasta los esponsales. Miley Cyrus (Hannah Montana) o la joven banda masculina de los Jonas Brothers (Camp Rock), son algunos de los rostros televisivos que han admitido que no sostendrán relaciones carnales hasta el matrimonio. El arranque de estos tesoros de los Estados Unidos se remonta a los años 90 entre los grupos pro abstinencia. Los anillos tienen mensajes como: "El amor  verdadero espera" o "Una vida, un amor". Kevin, Joe y Nick Jonas, de 21, 19 y 16 años, declararon que llevar estos anillos es "una promesa a nosotros mismos y a Dios de que no mantendremos relaciones sexuales hasta el  enlace esponsal"

GABRIEL ROSELLÓ. MADRID 

No entiendo para qué dar tres cuartos al pregonero. ¿Qué necesidad hay de que el mundo lo sepa? Menudas ganas de presumir. En mi (remota) juventud tratábamos de adivinar quién lo habría hecho ya. ¿Dejaba señales visibles, estigmas o por lo menos cárdenas ojeras, "moraítas de martirio"? López decía que él distinguía a simple vista a las que ya: caminaban de otra forma, taconeaban con fatalismo y resignación. Viloria aseguraba que, en cuanto lo hacían, dejaban de protegerse las tetas con la carpeta de goma. Cachón afirmaba que bizqueaban un poco al mirar hacia un lado, porque después de eso cada ojo ya se movía a distinta velocidad. 

Muy pronto comprobé que hacerlo tampoco dejaba señales visibles: quité las pegatinas de mi carpeta de gomas, dejé de comerme las uñas, me quité el Seiko digital y me compré un reloj de manecillas, como si el tiempo ya se hubiera pasado al enemigo. Eso fue todo.  

Aunque no deje señales, hay quien necesita retransmitirse desde su propio interior: llevan un crucifijo o una camiseta del Che Guevara. Pues vale. Vuelve el drama clásico. El chico se lleva a la chica al río y resulta que, demasiado tarde, descubre el anillo en el dedo. Antes te la llevabas al río, creyendo que era soltera, ¡pero tenía marido! Ahora la sorpresa será: ¡pero era creyente! La solución es la misma: te portas como quien eres, como un gitano legítimo, y le regalas un costurero. Y a otra cosa, mariposa.

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