Pato confinado

Receta de espinacas a la crema con gambas

Receta de espinacas a la crema con gambas
Espinacas a la crema.

Receta de espinacas a la crema con gambas... ummmm... Es un plato magnífico, elegante, sereno. Así que permítanme que les presente a sus ingredientes.

Las espinacas son unas señoras verduras. Sirven para casi todo. Llegaron a España antes que las Cruzadas, seguramente desde Asia, gracias a los campesinos del Al-Ándalus. Visten con verdes mallas de fibra, escudos de vitaminas y hierro, y con lanzas de magnesio. Pero jamás pensaron que podrían tener un idilio con las escurridizas gambas.

Estos crustáceos son los Don Juanes del mar. Las gambas tienen un aroma de seducción, por ese sabor único y sus proteínas y minerales como el yodo. Se bailan cualquier tango, en cualquier plato, son famosas por sus amoríos (de la pasta a los arroces o ensaladas).

Juntas, abrazadas por una ligera bechamel envolvente, nos presentan esta opereta, un platito gourmet muy sencillo que podemos definir como receta espectáculo. El tiempo de elaboración de las espinacas a la crema no supera los 20 minutos. Receta sin complicación alguna. Ideal para ir despidiendo la primavera y con ella la temporada de esta verdura.

Receta de espinacas a la crema con gambas

Espinacas a la crema con gambas
Espinacas a la crema con gambas. Pato Confinado.

Ingredientes 2 personas:

  • 500 gr. de espinacas limpias frescas.
  • 4-6 gambas peladas (dependiendo del tamaño).
  • 1 cebolleta o cebolla pequeña.
  • 1 diente de ajo.
  • 1/2 vaso de leche.
  • 200 ml. de crema de leche (opcional).
  • Una cucharada de harina de trigo.
  • Sal.

Elaboración:

La receta de espinacas a la crema con gambas consiste en un plato meloso que transporta a las espinacas a otra dimensión. La única dificultad es lograr que la bechamel ligera tenga cuerpo en la composición del plato, que no quede demasiado líquido, o seco, sino todo muy cremoso. Se le puede añadir también queso y un toque final de crema de leche para darle mayor presencia.

1. Sofríe la cebolla y las espinacas:

Pela y corta la cebolla en dados pequeños, y ponla a pochar en una sartén, con un chorrito de aceite de oliva virgen. Cuando la cebolla esté translúcida, añade las hojas de las espinacas y rehógalas. Hazlo en varias tandas. Verás que las hojas se van reduciendo con el calor. Recuerda que previamente las has tenido que lavar con agua. Rehógalo todo junto durante varios minutos hasta que las espinacas estén bien hechas y cojan el sabor de la cebolla. Sálalo, y resérvalas en un plato.

2. Fríe las gambas:

En la misma sartén pon a freír un diente de ajo bien picado, con otro chorrito de aceite de oliva virgen. Cuando empiece a dorarse, añade las gambas cortadas a trozos o enteras (dependerá del número de gambas y del tamaño de las mismas). Salpiméntalo. Cuando estén hechas, retíralas.

3. Haz la bechamel:

En el mismo aceite en el que has freído las gambas, echa una cucharada de harina y deja que se tueste un poco. Después, añade medio vaso de leche: hazlo poco a poco mientras remueves. Debes obtener una salsa de bechamel tirando a espesa. Tardará unos minutos en tomar forma. Mientras remueves, irá cogiendo consistencia. Si ves que está quedando demasiado líquida o seca, puedes añadir un poco más de harina o leche.

4. Junta las espinacas y las gambas con la crema:

Cuando tengas la bechamel a punto, añade las espinacas y las gambas, y rehógalo todo junto, removiendo durante unos minutos, hasta que espese. Prueba el punto de sal. Han tenido que salir unas espinacas cremosas, no líquidas. Hay recetas que le añaden también un puñado de queso rallado y un chorrito de crema de leche.

➥ Y para continuar, ¿qué tal sentaría una crema de guisantes con jamón?

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