El repartidor de periódicos

Muera la inteligencia, viva la muerte

elmundo.750Ni gran debate ni elecciones en Venezuela ni comisionistas del PP (oxímoron). Lo más alucinante de nuestra prensa semanal, ese papel hermoso y volandero, tiene que ver con la cultura. Después andan diciendo por ahí que los españoles somos unos pazguatos, milana bonita. Unos boquiabiertos. Que no respetamos a los creadores. Que nos regodeamos en lo venial. Pues no. La sección de Cultura de El Mundo, por poner un ejemplo, abría este jueves cantando las alabanzas de un funambulista. La cultura es funambulismo. No sé cómo le habrá sentado esto a mi querido Pedro Cuartango, enorme periodista pensador.

La percha para inaugurar la sección de cultura y tal con un funambulista tiene que ver con una película. Robert Zemeckis estrena este mes una cinta en la que canta las alabanzas de un tal Philippe Petit (Nemours, 1949), hondo intelectual que en 1974 cruzó ocho veces los 42 metros que separaban las Torres Gemelas caminando por un alambre. Ya me había extrañado a mí que las secciones de cultura de nuestros periódicos no se hubieran volcado en la película no hace mucho estrenada sobre Cristiano Ronaldo, otra grandiosa e inmortal obra de arte, cargada de emociones y contenido, de sensibilidad y pasiones esquivas, inenarrables.

Este funambulista tan culto (habla ocho idiomas), ejecutó, según el citado diario, "uno de los mayores delitos artísticos del siglo pasado". Caminar sobre una cuerda y no caerse es arte. Delito artístico. André Breton tiene que estar encantado. Fervor dadá. ¿El 11-S? "No quiero hablar de esto. Cuando miles de vidas humanas se evaporan y dos edificios mueren, no se puede relacionar eso con mi trabajo o con una película".

La contemporaneidad periodística (no solo en España, pero aquí más) está inventándose el undécimo arte, que es el arte de matar el arte por silenciamiento. Pura vanguardia. Sucede que también los toros son a veces incluidos en ese indecente magma al que los periódicos llamamos cultura. Muera la inteligencia, viva la muerte. A mí no me parece mal que un señor camine sobre un alambre: "Caminar sobre un cable en el aire es algo universal, no necesita lenguaje, ni tiene ningún mensaje", nos ilustra en apasionante relato intelectual el tal Petit. Cultura es una palabra tan fea que no me extraña que haya tanta gente empeñada en acabar con ella. Funambulismo suena mejor. Periodismo tampoco es una palabra demasiado hermosa. Con la filosofía poco se goza, que decía Raúl González Tuñón: "Eche veinte centavos en la ranura // si quiere ver la vida color de rosa".

elpais.750El grande vate

Otro inmenso funambulista, el vate Federico Jiménez Losantos, anda estos días muy enfadado con Atresmedia por el asunto del gran debate, o sea, lo de Soraya Menina de Santamaría claqueando con tacones de vértigo entre las esperanzas del madelmán Pedro Sánchez, Albert (Primo de) Rivera y ese cura rojo con guitarra en el que se ha ido convirtiendo el otrora feroz Pablo Iglesias. Escribe Federico en su columna (también de El Mundo) El tripartito del espectáculo: "Ningún periodista serio y ningún medio respetable en una democracia decente habría admitido jamás hacer un debate para la Presidencia del Gobierno al que no se presentara el presidente". O sea, descalifica Federico a los que cumplen en virtud de la ausencia de los que no cumplen. La originalidad de la idea es impagable. Yo disiento un poco. A las elecciones, en España, se presenta un partido, no un candidato. Y sobre todo en el PP, que son una gran familia Corleone. Soraya lo hizo muy bien, muy velazqueño. Y Mariano cumplió con su rol nerudiano sin haber leído a Neruda: "Me gustas cuando callas, porque estás como ausente".

Tampoco a El País le pareció bien la Operación Menina. Editorializaba este miércoles, bajo el título Sánchez y Rivera, su mediático enfado. No hay que olvidar que el grupo Prisa no aceptó en su debate a Soraya, y dejó parlotear, en armoniosa soledad, a los otros tres aspirantes: "En ninguno de los países en los que los debates son tradición democrática desde hace décadas se habría atrevido un candidato a despreciar a sus rivales con el envío de un suplente, ni hubiera encontrado un medio de comunicación que se prestara a semejante maniobra". Yo no sé de qué guindo se han caído estos señores: apelar a la "tradición democrática" hablando del PP. ¿Es que ni siquiera leen su periódico?

abc.750Eso sí, aprovechan el asunto para dejar claro a quién tienen que votar sus lectores, esa ingenua masa: "Pedro Sánchez ha demostrado mayor altura política, profundidad de propuestas y un aplomo personal más acorde a lo que se espera de un candidato a jefe del Ejecutivo. En un entorno no muy alentador, probablemente es quien más capacidades está mostrando para abordar los complicados retos institucionales, políticos, económicos y sociales de la España de hoy". Observo las encuestas internáuticas de todos los periódicos y, al parecer, los lectores no opinan lo mismo: casi unánimemente, Pedro Sánchez fue el gran derrotado de estos debates, no alcanzando ni el 10% como ganador en ninguna de estas frívolas prospecciones ademoscópicas. La gente es que no se entera, al parecer.

Por cortesía, el martes La Razón no puso a parir a Pablo Iglesias por primera vez en su historia. Me cuentan desde dentro (es un rumor) que sobrevolaba el periódico la consigna de ser corteses con los aspirantes que acudieron al plató de Atresmedia (no olvide el afamado lector que el diario está ligeramente vinculado con el gigante televisivo, sin el cual no sobreviviría). La cosa no le sentó bien a Paco Marhuenda, al que los responsables de Planeta ataron en su despacho en plan Aníbal Lecter para que no escribiera ni dijera nada ese día. "Que le corten la coleta", se le escuchaba farfullar en la redacción bajo la mordaza de cuero.

larazon.200La hucha de clases

Me encanta la derecha cuando deja claras sus opiniones, que se resumen en el axioma todo por la pasta. Seguimos en La Razón. Carlos Rodríguez Braun: Asquerosos ricos. "En su tradicional odio al rico, que en verdad es puro odio a la libertad, Izquierda Unida ha propuesto limitar el salario máximo en España a diez veces el mínimo [...]. Mientras el antiliberalismo recurre a la retórica colectivista para sugerir que somos todos los que queremos redistribuir, es evidente que no es así". Contra la lucha de clases, hucha de clases. Acabáramos.

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