El repartidor de periódicos

La alcachofa que hizo dimitir a Rajoy

elpais.200Que vivimos en un país raro lo demuestran hechos fehacientes. A ver dónde el presidente del partido más corrupto de Europa sobrevive un lunes a un debate a cuatro y pierde la contienda, el miércoles del mismo ciclo hebdomadario, contra un campo de alcachofas. La alcachofa estuvo lista esperando al presidente, evitando el cuerpo a cuerpo y los excesos gesticulantes, no hastiando al oyente con datos y memorias económicas. El de la alcachofa de Tudela fue un saber estar presidenciable, con la cabezuela fría y sensata, que al final obligó a Mariano Rajoy a hincar la rodilla ante sus raíces: "Hemos estado viendo este campo de alcachofas y a mí, realmente, me emociona", se venció el candidato popular.

El efecto de la encerrona ante la alcachofa ha pasado desapercibido a nuestros medios. Pero basta con trasladar las mismas declaraciones que la alcachofa le arrancó a Rajoy para darnos cuenta de la magnitud de su derrota. Por ejemplo, el efecto de estas mismas palabras hubiera sido demoledor en una oficina de Correos: "Hemos estado viendo este montón de sobres y a mí, realmente, me emociona".

La alcachofa se nos ha desvelado, en resumen, como el único oponente capaz de dejar en franca evidencia al Señor B. A Pedro Sánchez, por ejemplo, ya no lo quiere ni El País. Este jueves Josep Ramoneda retrataba al socialista con fineza crudelísima en el diario de Prisa: "Un hombre aseado cuya palabra tiene el efecto del silencio".

Lleva razón el pensador: el silencio de la alcachofa tuvo sin embargo el efecto de la más contundente palabra. Tanto fue así, que la alcachofa logró incluso arrancarle a Rajoy una dimisión in pectore: "Quiero aprevechar esta oportunidad para hacer un canto a las personas que viven en el campo. Ya me gustaría a mí poder hacerlo". Pues que sea pronto, pareció contestarle el hieratismo silente de la alcachofa desde su verde telurismo.

Exluyendo la irrupción de la alcachofa en campaña, todo lo demás parece seguir igual. Las encuestas siguen lo mismo, Pablo Iglesias prosigue con éxito su programa de desintoxicación para dejar de esnifar cal viva, y Albert Rivera tampoco cambia en su estrategia de exigir confusamente las revocaciones simultáneas de Maduro y de Mariano.

elmundo.750Ante panorama tan tedioso, solo nos queda el saltimbanquismo intelectual de los periódicos para animar el cotarro. La campaña, por ejemplo, de El Mundo contra Podemos les lleva incluso a caer en el machismo rancio. No se explica por qué echaron a Salvador Sostres, porque lo hacía mejormente peor.

Se marcaba un sostres este viernes José María Albert de Paco analizando las películas de Fernando León de Aranoa y Pau Faus sobre, respectivamente, Podemos y Ada Colau. Escribía el periodista sin apellidos esta sonrojante meditación sobre el papel de la mujer en la vida pública: "No hay episodio, por ordinario que sea, que no merezca el gimoteo de Ada y los suyos. La feminización de la política, al cabo, pasa indefectiblemente por el vedetismo sentimental".

No sé qué pensarán de estas afirmaciones las lectoras de El Mundo. Bertín Osborne no lo hubiera expresado más cristalino. Aunque, en lugar de en un periódico, lo hubiera dicho a voces dirigiéndose a la cocina. Molesta la "feminización de la política". Las putas tías no tienen derecho a exponernos a su "vedetismo sentimental". Excluyendo por supuesto a Esperanza Aguirre, Rita Barberá o Cristina Cifuentes, que son tías, pero con dos cojones. Que vuelva Sostres, please, y sus églogas al perfume de los coños de las menores de edad.

abc.750El ABC gana un concurso

El periodista Antonio Burgos y el diario ABC le ganaron esta semana un juicio al ex juez Baltasar Garzón. Pedía este una indemnización de 100.000 euros por un ingenioso artículo del andaluz titulado Baltasar, rey (del dinero) negro. El caso es que el togado acudió a Mercasevilla a dar una conferencia, y la entidad semipública falseó sus cuentas anuales dejando sin declarar dicho pago. Algo que, por supuesto, Garzón no tenía por qué saber. Mientras algunos son procesados o encarcelados por un tuit, un sujetador en capilla o unos títeres, la libertad de difamación es amparada con rigurosa delicadeza por nuestros jueces. País.

La quiebra de Venezuela

Mi admirado Paco Marhuenda sigue siendo el único político español que mantiene el poderío intelectual de la alcachofa que doblegó a Rajoy. Hoy mismo, el principal editorial del planetario diario regresa al tema de la financiación venezolana de Podemos, tantas veces desmentida por los mismo jueces de los que hace un rato nos reíamos. Pero nos añade un dato más: la quiebra de Venezuela fue propiciada por las asesorías de Juan Carlos Monedero: "Cabría esperar que tanto Pablo Iglesias como Juan Carlos Monedero se hubieran avenido a facilitar las cuentas de sus trabajos de asesoría al Gobierno venezolano puesto que, por el momento, no podemos dudar de que llevaron a cabo las labores encomendadas por el régimen chavista con pulcritud profesional aunque, a la vista de los resultados --Venezuela está en quiebra económica, política y social--, no dieran los frutos que se prometían". En la misma línea se orientan las portadas de hoy de El País y El Mundo, en graciosa coincidencia: Jueces y fiscales defienden su independencia frente a Podemos y Los consejos de Podemos son los más caros del planeta, titulan uno y otro. Por suerte, siempre nos quedará el sabio vocerío silente de la alcachofa, nuestra última baza moral, política e intelectual.

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