Sobre el tapete

¿Es legal la Constitución española de 1978? (y 4)

Tenemos prácticamente terminada la prueba del algodón al Régimen del 78 con un resultado que abochorna.

Concluyendo. ¿Legales el Régimen del 78 y su Constitución?

El pacto o contrato constitucional de 1978 es, además de un fraude, un acto nulo de pleno derecho. Ilegal porque yendo "de la ley a la ley pasando por la ley", la Constitución tiene un hilo conector directo con las leyes franquistas nacidas de una sucesión de actos ilegales iniciados con un golpe de Estado y una guerra contra la legalidad y legitimidad republicanas vigentes en su día; se trata de una cadena de ilegalidades cuya resultante no puede ser otra que una ilegalidad. Pero a este trágala se llegó por el control que el aparato estatal franquista ejerció durante toda la Transición, con violencia, intimidación y dolo (causas de nulidad de cualquier contrato) como se ha puesto de manifiesto en páginas anteriores. Simplificando, se llamaba un permanente ruido de sables...

A quien argumente que el Régimen actual y sus instituciones (al que con propiedad podemos caracterizar de neo-franquismo no autoritario o democrático, a pesar de la aparente contradicción entre sus términos) han permitido unos grados de libertad imposibles durante la dictadura y que han sido funcionales para el ejercicio de derechos democráticos y civiles imposibles antes, habrá que decirle que tiene razón. Lo que no obsta para denunciarlo como ilegal. Como es obvio, ni la funcionalidad de un sistema político ni su mayor o menor compromiso con determinadas causas por muy justas que subjetivamente puedan ser, ni los refrendos en las urnas, por sí mismos, dan el marchamo de legalidad. Si cualquier hijo de vecino comete un delito, no será legal por mucho que detrás haya una causa justa o unos resultados electorales favorables. También fue muy funcional el régimen de Hitler, su Ejército y sus hornos crematorios. En páginas anteriores ya cité las conclusiones al respecto de Legaz Lacambra, a título de ejemplo. Los muchos detalles existentes sobre la cuestión de la ilegalidad y los referidos a los déficits de legitimidad del Régimen del 78 dan para un libro, el cual espero que pronto pueda estar en sus manos, estimado lector. En cualquier caso, me permito recomendarle la lectura del libro de Gregorio Morán El precio de la transición recientemente reeditado por Akal para conocer mejor cómo son los Corleone y su corte de granujas.

Concluyendo. ¿Es legal o ilegal la moción de "desconexión" aprobada por el Parlament de Catalunya el 9 de noviembre de 2015?

La respuesta está condicionada por la prueba del algodón sobre el Régimen del 78.

Si el diagnóstico es que el Régimen es ilegal y nulo de pleno derecho, todas sus instituciones son ilegales y carecen de jurisdicción sobre Catalunya. Y no cabe recurrir a la legalidad republicana porque la II República dejó de existir formal y definitivamente con la Declaración de la Presidencia y del Gobierno de la República Española en el exilio del 21 de junio de 1977. En consecuencia y en el supuesto de ilegalidad de la Constitución de 1978, del Gobierno, del Tribunal Constitucional y de sus restantes Instituciones, la Moción de comienzo de la desconexión catalana de España, así como la Declaración de Soberanía de 23 de enero de 2013 que la ampara, son legales.

Si por el contrario, el dictamen es que el Régimen del 78 y sus instituciones son legales, a pesar de ser el fruto de un golpe de Estado y de una desobediencia sediciosa y armada con respecto al marco republicano legal, legitimo y vigente en su día, justificándolo, por ejemplo, por una legitimación electoral, por analogía también son legales la Declaración de Soberanía de 2013 y la Moción de Desconexión de finales de 2015 (a pesar de todo).

Se mire por donde se mire la conclusión es la misma y el Régimen del 78 tiene un problema, porque el rey está desnudo. ¿O no? El Régimen es el problema.

Podrían salir del fango. Las próximas Cortes salidas del 20-D tienen la oportunidad de denunciar la ilegalidad del 78 y su Constitución, aprobar una Ley de Transitoriedad (para superar vacios jurídicos no deseados) y convocar elecciones a Cortes constituyentes de verdad para, finalmente, votar una Constitución legal y legítima en un referéndum. Pero es muy improbable que lo hagan.

Amigo lector, si ya estaba al cabo de la calle, le aseguro que no está sólo y que no es un marciano. Y si algo le ha sorprendido, recuerde que, a pesar de todo, el rey está desnudo.

 

 

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