Sobre el tapete

Avanzando con sigilo entre los olisqueos de los simios aporreadores y un vídeo para Julio Anguita

Un amigo muy estimado, francés, maestro de encuestadores, Bpunto Rpunto, solía contar un chiste: "La gente no cree en las encuestas. Y cómo lo sabes. Lo he leído en una encuesta".

Si por unas horas nuestro amigo francés dejara su apacible retiro en la Borgoña y se pasara por este solar, comprobaría que el Reino de España, a menudo, es un chiste. Un osado diputado pregunta. Y el gobierno responde: el CIS no valora la monarquía en sus encuestas porque no es un problema en España. Por esto, dejaron de preguntar por su valoración en abril de 2015 cuando la nota fue de 4,3 sobre 10; una demostración orweliana de que no hay problema. Pues si la monarquía no tiene problemas (aparte del último pequeño detalle, añadido y sin importancia alguna, de las declaraciones del gestor de la cuenta suiza del Epunto compartida con los patriotas de la Gürtel), ¿cómo se llamará el que sean mayoría los españoles que prefieren una república? Aquí tenemos la encuesta que sí se ha hecho. Si los del CIS no necesitan según qué encuestas, será porque olisquean muy requetebién.

Ahora, poca broma. En la madrileña calle de Núñez de Balboa del opulento y madrileño barrio de Salamanca, desde hace unos días, se manifiestan los auténticos parias de la tierra, una famélica legión de cayetanos, borjamaris, pijos, torrentistas, cuentistas y diversas familias de paranoicos. Todos bien agrupados y cerquita los unos de los otros para hacer patria y echar al gobierno socialcomunista-chavista; incumpliendo el confinamiento, por supuesto. Y como que no son catalanes, ni rebelión, ni sedición, ni na de na; pues na.

Protestan, enarbolando banderas españolas y aporreando ollas y cazuelas. ¡Esto es una dictadura! ¡Libertad! Una de las manifestantes más avispadas (o achispadas, vaya a saber), declara ante los medios: el coronavirus es una tomadura de pelo; quieren hundir a España en la miseria. Y es que echan en falta los cadáveres tirados por las calles y los ataúdes amontonados en las plazas. Es que una pandemia sin muertos vivientes ni zombis con úlceras, pústulas, pupas, llagas y mucho ketchup, ni autopsias televisadas a todas horas, no es una pandemia verdadera.

También coloca el mismo mensaje en un programa de televisión una profesora que interviene desde una de las manifestaciones salmantinas: "yo creo que esto es una tomadura de pelo para entrar en crisis a España y nos van a llevar a la ruina". O sea, el coronavirus no existe.

Los hay que voxiferan: ¡El Alcázar no se rinde! Se habrán escapado de otra película. O no.

Deben estar también en estas calles de dios los convencidos de que la tierra es plana (que por eso se llama planeta, explican algunos) y de que Pablo Iglesias es un reptiliano, como mínimo; y por esto le montan un escrache día sí, día también. Los más decididos aseguran que nada de vacunas, porque a los virus se los derrota a pelo. Y así todo. Un tuitero esclarecido lo ha resumido: "No enviéis a los antidisturbios al barrio de Salamanca. Enviad inspectores de Hacienda y veréis qué pronto se dispersan". Gracias, Ppunto Lpunto Bpunto.

Y como quien no quiere la cosa, la resistencia de los oprimidos del barrio de Salamanca se ha extendido a otras sucursales. Y van con las del pollo y las otras, montados en coches. Los más valientes, cara al sol y el brazo a la romana. Son una piña, un lema, un clamor, un grito: ¡Los simios aporreadores unidos, jamás serán vencidos!

Por si no tuviéramos ya suficiente, y dando la razón a quienes no encuentran mejor teatro del absurdo que el de la vida cotidiana, también están los que animan, por activa y por pasiva. ¡Más madera, es la guerra! Un repaso breve.

La presidenta de la Comunidad con más fallecidos, Dpunto Apunto, critica al Gobierno porque ataca a los más vulnerables que viven en el Barrio de Salamanca. Una ayusada más. Con un par.

Su Excelencia Reverendísima, el Cpunto Cpunto, abrió las puertas de la basílica de la Virgen de los Desamparados a los fieles (sin mascarillas y sin distancias de seguridad). Con otro par.

Hay periódicos, radios y televisiones que hacen lo que pueden, que es mucho. En las redes sociales, los conspiracionistas niegan el coronavirus. Y en Alemania, una fauna de paranoicos y de extrema derecha utilizan el coronavirus para más de lo mismo.

Pero, si quieren experimentar el vértigo, fíjense en las ocurrencias de una exdirigente socialista, aquella que le disputó la jefatura a Rpunto Zpunto y que acabó montando el Partido Upunto, PPunto, ysinpunto Dpunto; o sea, la tóxico-aporreadora Rpunto Dpunto.

La dama en cuestión no critica si el Gobierno es más o menos competente, o incompetente, en la gestión de la pandemia. No. Esta luminaria de la política y del sentido común, ha llegado al convencimiento, después de exprimirse las meninges con las dos manos, de que el Gobierno quiere confinar a todos los españoles. ¿Solo para molestar? ¿Solo porque son una panda de sádicos? Bueno, lo de molestar por molestar metiendo a todo el mundo en una cárcel chavista, no estaría nada mal. Pero ¿y si después, todos eutanasiados? ¿Qué me dices? ¡A que es un plan socialcomunista perfecto! O sea, el Gobierno empieza permitiendo manifestaciones, después se dedica a fastidiar a los madrileños, para hundir Madrid; de paso, provoca millones de muertos de hambre; y por fin, hunde España en las aguas del Atlántico, el Cantábrico, el Mediterráneo y del Estrecho de Gibraltar. Y los ingleses se quedan sin Peñón. ¡Toma ya! Unos pocos aporreadores así y no hay país que no se hunda en la miseria.

[Una fuente de absoluta confianza acaba de confirmarme que, en realidad, Pedro Sánchez es The Joker disfrazado de Sánchez; y Pablo Iglesias es Hannibal Lecter].

Queridos amigos, ¿se imaginan, solo por unos brevísimos instantes, que esta simia aporreadora hubiera ganado las primarias socialistas de 2010?

Y saben aquel que diu. "Las manos de un macho no están hechas para estar quietas". Parece el título de una ópera bufa y surrealista, escrita por el presidente de Tabarnia y cofundador del partido Cpunto, ahora dirigido por doña Montapollos. La música (y las manos) la ponía Ppunto Dpunto. Sí señor. ¡Bravo!

Tremending 6/9/2019
Tremending 6/9/2019

Cambiemos. Se acuerdan ustedes, Ancianas y Ancianos de la Tribu, de aquella canción del Cola-cao: "... si es el ciclista, se hace el amo de la pista, y si es el simio aporreador, olisquea que es un primor; laralaralaralala...". En ello estamos.

En efecto, Elemental Watson y yo mismo, ya demostramos científicamente en el episodio anterior la existencia de los simios aporreadores, al menos, desde hace trescientos mil años. Ahora toca preguntarnos: ¿Olisquean los simios aporreadores?, ¿o es una leyenda urbana? ¿Es acaso una ficción? ¿Una ilusión óptica? Elemental Watson y yo mismo iniciaremos ahora las pesquisas lingüísticas para responder a tan fundamentales cuestiones. Sí, señor, muy científico nuestro enfoque.

[Los que quieran ir rápidamente al grano, que se salten un montón de párrafos...].

¿Qué nos dice la RAE? La Real Academia Española de la Lengua Española asegura que Olisquear viene de Oliscar y que es un verbo que quiere decir:

Primero: Olfatear algo ligeramente.

Segundo. Dicho de una persona: Husmear, curiosear.

En primer lugar, y lo lamentamos, debemos corregir y corregimos a la RAE. La segunda acepción debería decir, al menos: Dicho de un simio aporreador o de una simia aporreadora...

Aclarado este extremo, podemos afirmar, de momento, que los simios aporreadores olisquean husmeando y curioseando mediante ligeros olfateos; como disimulando, para que los olisqueados no se enteren de sus aviesas y ocultas intenciones.

Hemos dado en la diana. Lo del olisqueo ya se conocía desde 1853; en esa fecha apareció en el Diccionario Nacional. O sea, que los aporreadores olisqueaban por aquí y por allá ya era algo sabido, público y notorio hace un porrón de tiempo.

Etimológicamente, olisquear viene de oliscar, una forma influida del latín "olere" que quiere decir "oler"; y esto casi todos sabemos lo que quiere decir. Dicho de otro modo, todo esto viene de los mismísimos romanos. Hace la tira de años. Menudos eran.

La RAE nos sigue ayudando y nos dice. Husmear: indagar algo con arte y disimulo. Ajá.

Profundicemos. ¿En qué otras entradas de la RAE aparece el olisqueo? Averiguar, fisgar, inquirir, investigar, olismear. Caliente, caliente.

¿Y qué sabemos de olismear? Husmear noticias; o sea, informaciones (sobre todo, añadiría yo, las ocultas y subversivas).

¿Y de fisgar? Burlarse de alguien diestra y disimuladamente. Y, aclarando que es gerundio, husmear con el olfato. También, husmear indagando. ¿Y acaso no es inquirir un sinónimo de indagar? Ya tenemos indagar por partida doble y es que todos los caminos llevan a Roma. Aquí tenemos a la madre del cordero. Vean.

Inquirir viene del latín, inquirere y significa "indagar, averiguar o examinar cuidadosamente algo".  ¿Y cuál es la acción y el efecto de inquirir? Inquisición. ¡Toma ya! ¿Y qué nos dice la RAE? Tribunal eclesiástico que inquiría y castigaba los delitos contra la fe. Cuidadín. Con la Iglesia hemos topado. Por esto "hacer inquisición" quiere decir, examinar los papeles y desechar los inútiles para quemarlos.

Y como no hay dos sin tres, la RAE nos sigue proporcionando ideas, como la de la Vara de la Inquisición, principal signo distintivo (y armamento añado yo) que lucía con amor verdadero el Alguacil Mayor del Santo Oficio (cargo normalmente reservado a personas de distinción), según el relato de Gonzalo Cerrillo Cruz, Doctor en Derecho, en su obra "Alguaciles mayores de la Inquisición. Alguaciles Mayores del Tribunal de Sevilla en el siglo XVIII". Todo cuadra.

No tiene desperdicio la indagación que hemos ejecutado Elemental Watson y yo mismo. Hay que reconocerlo. Por esta razón, estamos en condiciones, desde el punto de vista de la lengua de la RAE, de concluir afirmando:

Los simios aporreadores olisquean oliendo ligeramente mediante el sentido del olfato (algunos carecen de cualquier otro sentido); husmean disimulando con mucho arte; curiosean noticias e informaciones; fisgan burlándose de los aporreados; indagan y averiguan, inquiriendo lo que haga falta para castigar nuestros delitos y pecados (de obra y de pensamiento; los de pensamiento son los peores); examinan los papeles y envían a la hoguera aquellos que no pasan el examen; y se cachondean con mucha destreza de todos nosotros con la Vara de la Inquisición.

Si por alguna suerte de casualidad, alguno de ustedes ha creído que lo del olisqueo se ha acabado, ya les digo que anda pero que muy desencaminado. Quedan varios puntos de vista pendientes. Por ejemplo, ¿y cómo olisquean? Hay asunto para varios fascículos más. ¡Vaya ovillo que les tengo preparado! Al tiempo. Y si la autoridad lo permite, claro.

Y al llegar aquí, Sahrazade se da cuenta de que amanece y, discreta, se calla (porque esta semana sale de picos pardos una hora entre las ocho y las once de la noche); pero antes pincha un vídeo de Quilapayún recordando a Julio Anguita.

No se descuiden nunca, CIERRA LA MURALLA.

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