Rosas y espinas

Su "cuñao" y Felipe VI el cómplice

reyJolines, que diría la reina Letizia. Resulta que ahora Diego Torres, ex socio de Iñaki Urdangarín en una organización sin ánimo de lucro (que trabajó con mucho ánimo y no menos lucro) nos dice a los españoles y a los jueces que Felipe VI El Preparao conocía los manejos de su cuñao desde el principio. Yo ya lo he dicho muchas veces, pero como no cae la monarquía, ni abdica nadie por mis artículos, ni me mete nadie en la cárcel para darme publicidad, voy a tener que decirlo otra vez. No vaya a ser que después me quiten méritos mis novias: es imposible que los reyes y príncipes de España, con todos los servicios de inteligencia arrodillados ante sus braguetas, no se hubieran enterado de que el cuñadito y la hermana andaban oenegeando en falso. En caso de que no se hubieran enterado, demostrarían ser tan ineptos como cualquiera de nosotros los republicanos. Que yo admito que somos muy brutos, pero tenemos alguna que otra fuente menos de información. Así que sigo sin comprender por qué los republicanos tenemos que soportar a un rey inepto, cuando los ineptos reyes no nos soportan a los republicanos.

urdanCada vez que mis cuñados o mis cuñadas matan un elefante, yo me entero enseguida. Como pasa en todas las familias, sin necesidad de otro servicio de inteligencia que el de las madres, que lo cuentan todo. Decir que Juan Carlos y Felipe no sabían nada de lo de Urdangarín es como sospechar que la Comisión Nacional del Mercado de Valores desconocía que los bancos estaban sobrevalorando su salida a Bolsa o engañando a los ancianos con preferentes. Un impensable.

Yo, a un rey muy preparao que ni siquiera se entera de que su cuñao está zurciéndose braguitas rojigualdas con el dinero marca España, no lo quiero ni como cuñao lejano. Y todo el mundo sabe que ninguna persona inteligente quiere como cuñao lejano a nadie.

Alguien que se prepara para la responsabilidad de ser rey de España, o de cualquier otro país subdesarrollado intelectualmente, no puede dejar de vigilar en ningún momento a su cuñao. Un garante de la unidad de España, para enterarse de lo que quiere hacer Artur Mas en Catalunya, antes debe intuir lo que hace su cuñao. Pues de todos es sabido que es mucho más fácil controlar a un cuñao que a Catalunya, que es un pueblo medio grande. Y eso me hace pensar a mí que este rey que tenemos o es un poquito cómplice o no está tan preparao como presumen el ABC y los corifeos de la borbonquía.

letiTambién puede ser que a Felipe VI le llamen sexto porque le faltan seis dedos de frente, dado que nuestro flamante rey alguna que otra vez visitaría el palacete de Pedralbes, digo yo, lugar valorado en seis millones de euros más tres millones en reformas. Los ingresos anuales de los reales cuñaos no alcanzaban los 190.000 pavos anuales. Yo, si visitara a un cuñao mileurista en su palacete de 600.000 euros, coño, sospecharía. En caso de no haber sospechado, jamás me dejaría coronar rey, sino que me hubiera matriculado otra vez en el parvulario. Como ya he hecho.

Pues eso es lo que viene a decir Diego Torres. Y lo que los jueces y los españoles no pueden pasar por alto. Felipe VI, su padre, su madre, sus hermanas y sus cuñaos son cómplices de ocultación de un fehaciente delito. Como también lo somos los periodistas —incluida Letizia Ortiz, la doña— que jamás cantamos cierta antigua copla: "Dónde se mete / el cuñao del palacete / de dónde Iñaki saca, / pa tanto como destaca. / Y Cristina les contesta / al verlas en este plan. / El que quiera coger peces que se moje el rantamplán". Que decía, y debería seguir diciendo, la canción.

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