Rosas y espinas

La honrada saga de los Rato

ratoHay gente que lo que más disfruta del sexo es el pitillo de después. Pero también existen partenaires sexuales que no te permiten fumar en su dormitorio. Y la conjunción de ambas actitudes en un mismo lecho deja la felicidad poscoital como en tierra de nadie. Es lo que me sucede a mí con Rodrigo Rato. Que nunca voy a disfrutar del placer de fumarme un cigarrito viendo cómo entra en la cárcel. Envidio en eso a mis antepasados, que sí vieron en 1967 cómo entraba en la cárcel su padre, Ramón Rato.

Porque los Rato son embutidos de toda la vida, de cantimpalo. Profesionales de la chacinería financiera desde antes de la invención del cerdo. A Ramón Rato lo metió Franco en la cárcel por evadir dinero a Suiza el mismo día en que su hija se casaba con un sobrino de Emilio Botín, circunstancia que vuelve a refrendar que, con la Transición política y financiera, España rompió definitivamente con el franquismo. De aquellas sagas Botín y Rato hoy solo perduran las tarjetas black de Bankia y el recoleto e intachable Banco de Santander. Lo que demuestra que nuestra democracia ha roto de forma abrupta con las caducas oligarquías del fascismo.

Ahora un juez quiere encarcelar al Rato, un honrado de toda la vida. Nos falta memoria histórica. La saga Rato es víctima de su lucha contra el franquismo. Su padre Ramón llegó hasta a evadir, valientemente, 176 millones de pesetas a Suiza para evitar el enriquecimiento de la dictadura. Es una nacional vergüenza lo que le está sucediendo al pequeño Rodri. Ahora que hasta Esperanza Aguirre reconoce que ha corrido delante de la policía franquista (y de los guardias municipales contemporáneos), nos abomina ver cómo la intolerante justicia democrática ensucia el nombre del hijo de quien corrió, hacia Suiza, delante del mismísimo Francisco Franco.

Eso de hacer justicia sobre nuestros héroes nacionales está de moda. El último imputado es el más olvidable que olvidado Ángel Acebes, cuyo único pecado es haber rescatado a un medio encantadoramente neofascista (Libertad Digital) con honrado dinero negro de las cuentas B del Partido Popular. Así, como contaba ayer este panfleto rojo de mierda, el 75% de los ministros de José María Aznar está imputado por unas menudencias u otras, cobró sobresueldos o duerme en prisión.

En España se ha puesto de moda el deporte de airear corruptelas, cuando lo único que se consigue con eso es molestar a la buena gente católica, formal y honrada. España premia la vulgaridad del obrero llevándolo hacia el ocio paniaguado del Inem mientras castiga a los patriotas que han hecho de nuestra patria lo que es hoy, un país tan moderno que ya no tiene futuro.

Me preocupa enormemente que muchas de estas travesuras suizas de nuestros próceres estén aireándose con más gracilidad desde que un día de mayo de 2011 unos perroflautas se instalaran en la Puerta del Sol a beber litronas. El sistema igualitario y perfecto que gozamos hoy está en peligro por culpa de esos antisistema del 15-M que han fermentado en movimientos chavistas y bolcheviques como el Partido X, la PAH, 15MpaRato o Podemos.

El miedo tiene que cambiar de bando. Pablo Iglesias, Falciani, Julio Anguita o Saramago no nos representan. Están judicializando la política para evitar que se pueda legislar a gusto, y así solo vamos hacia el estancamiento y la recesión. Recuperar la política como dios manda es ya una urgencia nacional. Pena que hoy no sea 18 de julio de 1936, que si lo fuera se iban a dar cuenta El Coletas de lo que vale un peine. Café, dadle café.

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