Rosas y espinas

Rajoy vacila a Pedro Sánchez

pactoLos barones socialistas han decidido que nos van a a explicar a la ciudadanía por qué Pedro Sánchez ha firmado un pacto con Mariano Rajoy que no es un pacto realmente, porque si gobiernan lo van a despactar, y el despactador que lo despacte buen despactador será. Lo tienen fácil. Hasta yo, que nunca pongo las largas, lo he entendido.

Tiene este Pedro Sánchez una peculiar manera de hacerle la oposición al gobierno más corrupto y cruel de nuestra cuarentona democracia. Y en momentos muy extraños. El inexplicable caso del pacto antiyihadista es un ejemplo. Hace ya más de 10 años que el yihadismo nos hizo a los españoles protagonistas de su historia, un 11 de marzo, para concretar. Quizá nuestros dos grandes partidos han estado un poco lentos a la hora de enterarse de que el yihadismo es una amenaza. O, también podría ser, en el peor de los casos, que en este año de urnas que huelen a desastre Rajoy y Sánchez hayan decidido que una foto bajo el titular "pacto de Estado contra el yihadismo" es un buen arranque para su campaña electoral contra Podemos, sus birretes y sus esbirros.

Esto sería muy triste.

Pero, si así fuera, Pedro Sánchez ha caído en las redes de Rajoy como un pardillo. Rajoy es un gafe afortunado. El sigue ahí mientras todos sus amigos y enemigos se han ido despeñando: Fraga, Aznar, Esperanza, Bárcenas, Zapatero, Sepúlveda, Rato... El día que visitó a Samaras poco antes de las elecciones griegas, todos los oráculos supieron que iba a ganar Syriza.

Rajoy sabe que a Sánchez le va mucho el postureo. Y al coqueto secretario general socialista se le hizo el alma pepsi-cola solo de soñar esa foto en Moncloa, serio, trajeadito, presidenciable. Aunque sea para firmar un pacto que no es un pacto porque promete despactarlo, hacerse la foto en Moncloa era una oferta que Sánchez no podía rechazar. Alma de cántaro.

No se da cuenta Sánchez de que el socialismo obrero, no el otro, vomita ante la fotografía. No se olvida la plebe empobrecida de lo que supuso el último gran pacto que el PSOE firmó con Rajoy, la reforma del artículo 135 de la Constitución. Fotografiarse al lado de Mariano Rajoy en Moncloa no te hace hombre de Estado. Te hace cómplice del crimen incesante contra los derechos básicos al que nos ha venido sometiendo este gobierno. El ex alcalde donostiarra Odón Elorza ya lo advertía ayer desde twitter, que se ha convertido en el ateneo de la disensión: el PSOE necesita un ala izquierda que se enfrente, desde dentro, a la historia reciente del partido. La idea es hermosa, pero llega un poco tarde: el ala izquierda del PSOE hoy se llama Podemos. Esa izquierda del PSOE jamás pisaría Moncloa para firmar un pacto, cualquier pacto, con el PP. Solo pisaría su empedrado con botas muy ruidosas, en plan toma del Palacio de Invierno.

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