Ruido de fondo

Extrañas apariciones en Madrid

Yo lo del PSOE en Madrid es que no lo entiendo. A veces me da la impresión de que existen tenebrosas razones que explican su renuncia a ganar el Ayuntamiento y la Comunidad. Porque es evidente que han renunciado. Debe de haber explicaciones, quizás paranormales, por las que no quieren vencer en la capital.

Según Leguina, que fue el primer presidente de la Comunidad, no hay oscuras razones, sino una sola y muy clarita: los de la Federación Madrileña son un hatajo de vagos, que llevan 20 años sin dar un palo al agua y sin proporcionar una sola idea al partido. Pero no basta con ser torpe; se necesita además mucha voluntad, o la intervención de una fuerza superior, para perder frente a Álvarez del Manzano. O frente a Esperanza Aguirre, a la que, si preguntas por la calle, nadie ha votado jamás.

Después de haber perdido varias elecciones con candidatos incompetentes o con figuras extravagantes, el PSOE parecía haber roto el maleficio y encontrado en Tomás Gómez a un político joven, dotado de un currículum notable y bregado en la política municipal. Madrid volvía a interesar al PSOE. Por fin veíamos a Zapatero preferir la excelencia a la mediocridad. Cuando de pronto van y lo quitan, o intentan quitarlo con la simpática idea de que Trinidad Jiménez, que perdió frente a Gallardón, lo superaría. Aparece otra vez esa firme y extraña voluntad de perder en Madrid. ¿Veis? ¿No es paranormal? ¿O habrá en este caso una explicación más prosaica?

A mí Tomás Gómez se me figura —y eso que todavía no ha ganado— el único político del PSOE con el potencial suficiente como para merendarse a Zapatero a medio plazo. ¿Qué pasaría si ganara en Madrid? Yo creo que José Luis se ha dado cuenta.

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