Ruido de fondo

Jornada de reflexión

Recuerdo las primeras generales del año 77. Yo no podía votar todavía, pero llené varias carpetas con propaganda electoral. Aquellas octavillas volando por las calles me parecían fascinantes y las coleccionaba. Y era un triunfo despegar un póster sin que se rompiera. Cuanto más raro era el partido, más codiciada era su cartelería. Las cosas han cambiado. El mundo entero ha cambiado. Pero las campañas electorales no. Ni los partidos políticos. ¡Hay algunos que tienen más de cien años! Hoy es jornada de reflexión y la mayoría siente alivio porque ha terminado la más bochornosa campaña desde aquel 77. En Europa van un paso por delante en estas cosas de la democracia. Salvo en Italia, claro. Gracias a Berlusconi mi país parece decente. En otros no ha habido campaña. O casi. Le han ahorrado al ciudadano la incomodidad de sentirse agredido cuando aparecen en televisión. Los políticos y sus partidos, me refiero. En el Reino Unido están hartos de sus excesos y de su incompetencia, y hay diputados laboristas que recogen firmas para que Brown dimita. Te digo que van por delante. ¿Te imaginas tú a Leire Pajín recogiendo firmas contra Zapatero? Eso sí que sería un acontecimiento planetario. Y aquí en España ¿nos hartaremos algún día de algo? ¿Diremos alguna vez hasta aquí hemos llegado? ¿O acabaremos hocicando como los italianos? Porque lo que parece evidente es que esto necesita un ajuste. Esto: Europa tal y como está concebida y la democracia secuestrada por los partidos políticos, que si un día fueron los instrumentos fundamentales de la participación política hoy son el principal escollo de cualquier reforma o regeneración.

Más Noticias