Ruido de fondo

Una cosita antes de meternos con Zapatero

En 1982, cuando los índices de paro eran semejantes a los de ahora, Felipe González ganó sus primeras elecciones prometiendo entre otras cosas 800.000 puestos de trabajo que nunca logró crear. La prensa y los comentaristas políticos le restregaron aquella promesa incumplida con la misma fruición con que le recuerdan hoy a Zapatero el error de esos 400 euros para todos o sus nefastas medidas para crear empleo. Hace poco le volvieron a preguntar a González por el asunto. Fue un error prometer aquello, vino a decir; los políticos no son quienes contratan a la gente, son los empresarios los que crean o destruyen puestos de trabajo. Obvio, pero a veces se olvida. Da un poco de cosa recordar que si hay paro es porque las empresas no están dispuestas a ganar menos dinero del previsto y por tanto no contratan trabajadores o despiden a los que tienen en plantilla. Las PYMES son otra cosa. En cualquier máster de administración de empresas te enseñan que la primera partida de ahorro cuando los márgenes de beneficio no son los esperados es la dedicada a gastos laborales. Esta es una opción, desde luego, pero no la única. Iberia, por ejemplo, en vez de comprar maquinitas de autochecking, podría contratar auxiliares de tierra. O el BBVA. El banco diseñó este verano un plan de recortes de plantilla y puso su granito de arena en el montón de parados. Como otros muchos empresarios, los directivos del BBVA, que son personas con nombres y apellidos, prefirieron ahorrar en la partida laboral antes que recortar los 3 millones de euros anuales que cobrará el dimitido Goirigolzarri o sus 52 millones de pensión. Ahora ya sí podemos insultar al inepto de Zapatero.

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