Ruido de fondo

Yo el I+D se lo encargaba al Bigotes

Es curioso. Todos los políticos coinciden en el análisis: en época de crisis económica hay que invertir en educación y en investigación científica, hay que formar y luego inventar para ofrecer al mundo otra cosa además de chiringuitos, sangría y adosados.  Esta es la teoría, pero cuando llega la práctica pocos políticos españoles se atreven a multiplicar por diez el gasto educativo o la inversión en ciencia. En las actuales circunstancias el caso es más sangrante. Por un lado tenemos a Zapatero anunciando pomposamente un cambio de modelo productivo y creando el nuevo tótem de la socialdemocracia: la sostenibilidad. Y por otro lado tenemos unos presupuestos que, diga lo que diga la ministra Garmendia, reducen la partida dedicada a investigación científica, que había crecido notablemente en años anteriores. Puede que se trate de una simple estrategia negociadora: quedarse corto a propósito para poder luego ceder, aumentar la partida y ganar apoyos. Ojalá sea así, aunque me parece una frivolidad que la educación y la ciencia, convertidas en cuestión de Estado por el propio Zapatero, se utilicen como moneda de cambio. Tiendo a pensar más bien que nuestros políticos no invierten en educación y ciencia porque no están dispuestos a que los frutos de su esfuerzo presupuestario los recoja el adversario. Así de mezquino. Para que la inversión en educación y ciencia dé resultados visibles es necesario que transcurra al menos una generación, lo cual va en contra de la más elemental lógica política. ¿Conoces a alguno capaz de gastarse el dinero en una actividad cuyos resultados no se rentabilicen en cuatro años? Nada, hay que llamar al Bigotes; seguro que él sabe cómo cambiar nuestro modelo productivo.

Más Noticias