Marco Incomparable

Se nos ha ido la mano con Zellweger

zellweger
¿Y si en realidad esta mujer no fuera Renée?

 

Nos hemos pasado un poquito desde que el pasado martes vimos a Renée Zellweger reaparecer en la alfombra roja de la fiesta de la revista Elle 2014 en Los Angeles. Que si se acogió al modelo "testigo protegido" del catálogo de una clínica de cirugía estética, que si se gastó la tarjeta black en retoques, que si era una chica monísima y ahora es un espantajo...

 

Admito que si en un primer momento no me dicen que la de la fotografía es la protagonista de Bridget Jones, nunca la hubiera reconocido. De hecho, sigo sin reconocerla. Sin embargo, tampoco me parece un monstruo tal y como nos pretenden hacer creer tantas publicaciones que se han lanzado a despellejarla por estar "irreconocible" después de, supuestamente, haber abusado de la cirugía.

 

Digo supuestamente porque ella ha querido contar su versión en un comunicado que ha enviado a la revista People. Asegura que ese cambio tan drástico en apenas cinco años se ha debido a que se siente mucho mejor. "Me alegra que la gente me vea diferente. Estoy viviendo de otra manera, más feliz, tengo una vida más plena y estoy encantada de que eso se note". Renée, venga, acepto pulpo, pero déjame que cruce los dedos para que a mí la felicidad no se me transforme en esas arrugas.

 

Es cierto que la suya no es la clásica cara operada de alguien con silicona en los labios, prótesis en los pómulos, nariz recortada y bótox a cascoporro. La miro en detalle rasgo a rasgo y sólo me extraña que su mandíbula se haya afinado y sus cejas se hayan pegado a los ojos. La nariz es la misma, la boca parece la misma... tiene menos kilos, más arrugas y más años (tres cosas que, por cierto, suelen ir de la mano).

 

Se haya sometido o no a tantos retoques, lo innegable es que Zellweger ha sufrido una transformación que la ha convertido en otra persona. Eso no convierte a la ganadora de un Oscar en ningún monstruo. Ni siquiera al comprobar que ahora mismo se parezca más a Nicole Kidman que a ella misma.

 

 

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