Marco Incomparable

A nadie le llamó la atención

 

Cada vez que escucho a algún lumbreras quejarse de la ley contra la violencia de género, pienso en cuántos australopitecus andan sueltos aún por la península ibérica. Machotes preocupados por situaciones tan verosímiles como que puedan acabar en la cárcel víctimas de las acusaciones falsas de unas locas que lo que quieren es verles entre rejas sin motivo aparente. Hombres preocupados ante la posibilidad de vivir episodios como los que ha soñado en sus fantasías más ridículas el alcalde de Valladolid, temeroso de ser atacado por mujeres que se arrancaban el sujetador o la falda en un ascensor.

 

¿Cuándo erradicaremos estos sentimientos tan profundamente machistas? Que en el año 2015 sea necesario luchar por que algunos hombres no maten a sus parejas es tan alucinante que no sé por qué me sorprende que a un árbitro y a un campo de fútbol entero no les llame la atención que un grupo de energúmenos se ensañe con una víctima de la violencia de género y ensalce al presunto maltratador.

 

"Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien". Este cántico vino del sector Gol Sur del estadio Benito Villamarín. Se escuchó en el partido contra el Girona, pero no era la primera vez. Ya frente a la Ponferradina algunos aficionados se lucieron con este tipo de ánimos.

 

Este grupo de béticos defendía así a su futbolista canario, inmerso en un proceso judicial por cuatro delitos de maltrato y un quinto de amenazas leves hacia su exnovia. La Fiscalía ha solicitado para él una pena de prisión de dos años y un mes de cárcel. Ya sabéis, probablemente la novia sea otra loca que se aburría y decidió presentarse ante el juez, pero sólo por joder.

 

El árbitro del encuentro no apuntó nada. No le llamó la atención. Según los testigos, nadie les increpó. La abogada de la mujer ha denunciado públicamente la pasividad del club por unos hechos que se repiten desde hace ya un tiempo. Ahora que ha saltado la noticia, el presidente del Betis, Juan Carlos Ollero, ha considerado "repugnante" lo ocurrido y se ha planteado presentar al club como demandante allí donde deba dirimirse este asunto. Quien ha decidido actuar después de las quejas ha sido María José Segarra, fiscal jefe de Sevilla, ya que ninguna institución había interpuesto ninguna denuncia sobre este asunto.

 

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