La compañía de juguetes Mattel acaba de presentar Hello Barbie, el nuevo modelo de la mítica muñeca que, además de ser capaz de conectarse a una red wifi y de reconocer la voz, puede participar en una sencilla conversación con tu hijo e incluso grabarla. ¿Estamos ante una muñeca interactiva capaz, por fin, de no limitarse repetir como una cacatúa un par de frases o en realidad estamos abriendo el juguetero de nuestros hijos a los tiburones del marketing y a la reutilización de sus datos?

A esta rubia semianoréxica a la que ya han tuneado con tatuajes, pelos en las piernas y todo tipo de extras le han incorporado esta vez un micrófono en el cinturón que puede registrar las conversaciones con los pequeños, enviárselas a la compañía de juguetes y guardarlas durante dos años. Mattel asegura que el objetivo de esas grabaciones es que sus ordenadores aprendan a distinguir acentos, errores de dicción y que así puedan ir mejorando el funcionamiento de la muñeca.

Los responsables de la compañía, que empezará a vender Hello Barbie el próximo otoño, niegan que vayan a comerciar con las palabras de los niños, aclaran que la muñeca sólo grabará conversaciones si los padres le autorizan a hacerlo y que estos podrán después borrar todos los comentarios registrados.

Varias asociaciones para la defensa de la infancia frente a la publicidad han iniciado una campaña en EEUU y Canadá que pretende impedir que esta Barbie llegue a las tiendas porque temen que las grabaciones de la muñeca puedan tener como fin el almacenamiento de los gustos de los niños para después ofrecerles publicidad a la carta, tal y como ya hacen Google o Facebook con los usuarios del buscador y de la red social.

¿Confiarías en Hello Barbie como un juguete interactivo inofensivo que pudiera mantener una conversación con tu hijo? ¿O crees que de dejarla entrar en casa estarías dejando entrar a una espía de marketing? Yo lo tengo claro. Esta muñeca de limitada inteligencia, que necesita ayuda con las mates y parece una rubia muy legal, no entra por la puerta.