Palabra de artivista

El derrotismo como estrategia

Yo no creo en esa tramposa ecuación que equipara PSOE con PP o, como gusta formularla a esos amantes de la sal gorda simplista, PPSOE. Sobre todo porque esa ramplona formulación, que abunda en el trazo grueso y la sobresimplificación, no es en realidad una ecuación, sino una estrategia de la derecha para proceder a la inoculación del derrotismo en las ya desinfladas filas de la izquierda, tan susceptibles siempre a la traición ideológica, a la corrupción o a los ideales (algo que a la derecha aparentemente se la resbala).

Se quiere borrar la línea que separa las políticas sociales del PSOE, imperfectas, incompletas, torpes, todo lo que quieras, pero existentes, frente a la abierta apuesta por el neoliberalismo atroz de Cameron en Gran Bretaña que Rajoy ya ha anunciado como línea de acción. No dar valor a los intentos de Memoria Histórica, de restitución a las víctimas republicanas frente a la soberbia indiferencia del PP, que en muchos casos pasa por la abierta reivindicación de la dictadura, o al valor del matrimonio homosexual o la Ley de Igualdad, la apuesta principal del gobierno socialista ha sido el feminismo innegablemente, o la Ley de Aborto, o la asignatura de Educación Para La Ciudadanía, es un acto de soberbia histórica que esos jóvenes que dan por sentado que siempre ha sido y será como el privilegiado modelo social en el que viven  (por mucho que les parezca terrible, que pregunten a los de Yemen o Uganda). La economía no lo es todo, por mucho que esta cultura capitalista nos lo quiera hacer creer. Sin libertad no tienes en qué gastarte tu dinero.

Pero esa bajada de guardia, esa ingenuidad de que no nos pueden robar nuestros derechos, sólo se consigue desde el derrotismo, desde el purismo extremo del "lo queremos todo y lo queremos ahora", que queda muy bonito pero es insultante para los activistas que llevan siglos sufriendo cárcel, asesinatos, suicidios (que se lo digan a Mandela, Angela Davis o Alan Turing).

Y es que la derecha sabe que esta es la única estrategia que les puede garantizar ganar unas elecciones con un techo histórico de 10 millones que siempre se ha visto superado por los 11 millones de votantes de izquierda... cuando se movilizan y votan, claro.

Y la gente parece olvidar que hoy en día no basta con ganar, sino que la diferencia está en tener una aplastante mayoría, una mayoría absoluta que permita ejecutar todas las propuestas, como hizo Zapatero en su primera legislatura, a diferencia de tener que pactar hasta con enemigos y hacer una política de traiciones, como tuvo que hacer Zapatero en su segunda y débil legislatura, en la que desanduvo gran parte del camino. Esa crucial diferencia es la que lleva al Partido Popular, representantes legítimos de la Banca y la Iglesia, por mucho que otros quieran hacer creer que el PSOE lo es igualmente, a buscar con semejante desesperación una victoria aplastante: para proceder a desmontar todos los avances sociales que el PSOE trajo. A una verdadera supresión del estado social o lo que queda de él tras la crisis.

Los procesos de Valencia y Madrid nos han enseñado que da igual cómo lleguen al poder las derechas, esa victoria inicia procesos de monopolio político sustentados por toda una red de medios afines y oligarcas generosos que les sustenta en el poder a día de hoy por mucho que la corrupción, las injusticias o el despotismo reine en sus feudos. Os animo a leer este primoroso ejercicio de análisis de Jorge Galindo sobre ¿Por qué Rita Barberá gana siempre en Valencia?

Sé que desde el 15M se ha vuelto muy popular jugar a que no existen ni izquierdas ni derechas ("sólo nosotros", les falta añadir  a los "indignados"). Pero esta especie de posdemocracia es una trampa peligrosa que sólo beneficia a la derecha por vía de la desactivación de la izquierda (algo que ya ocurrió en la guerra Civil, cuando Casado, en un giro absolutamente surrealista, pactó con Franco que los anarquistas pudiesen entrar en Madrid a ejecutar a los comunistas, una traición que le hizo el juego a los fascistas... ¿y se preguntan por qué perdimos la guerra?).

A mí un movimiento que sólo busca castigar a unos partidos, pero no plantea claramente compensar a otros, y lo deja en un simple "votad a partidos minoritarios", me parece sospechoso. Pareciera que la única finalidad de este movimiento fuese quitarle votos al PSOE (porque al PP desde luego no le van a quitar, su votante ni sabe quién son los "indignados", están muy ocupados eligiendo colegio mayor en Boston). Y me preocupa eso de no definir a qué tipo de partidos minoritarios votar, porque en ese bloque están los falangistas, los neonazis y toda una miríada de partidos de extrema derecha que ya están dando disgustos notables en países como Dinamarca. ¿Quiere decir DemocraciaRealYa que da igual votar a la extrema derecha que a la extrema izquierda? Parece que, siguiendo su lógica de "ya no existen izquierdas ni derechas, sólo consciencia social y sentido común", como afirmó el portavoz Jon Aguirre Such en Al Rojo Vivo, que no se dan cuenta de que la "consciencia social" es un término muy ambiguo y subjetivo, los miembros neonazis de CEDADE están convencidos de que su consciencia social, que pasa por gasear a negros judíos y "maricones", es la verdadera, da igual a qué partido votes con tal que sea minoritario. Y ese mensaje es muy peligroso, porque, repito, el ascenso de la extrema derecha en Europa es un hecho.

No creo con esto que no sea lógico castigar al PSOE por sus evidentes traiciones (de las que no conocemos el contexto, por cierto, algo que es peligroso olvidar en política), pero tampoco creo en que dé igual el precio de ese castigo. Y si el precio es regalar el poder a los verdaderos gestores de esta crisis, creo que no es inteligente.

Es muy divertido jugar a revolucionarios de diseño mientras los poderes fácticos siguen manipulando todo. Yo creo que  movilizarse no es mover sofás a Sol. Para los que crean que estoy afiliado al PSOE, tengo que aclarar que nunca he votado al PSOE y no voy a hacerlo ahora tampoco. Yo voy a votar a IU porque siempre lo he hecho y porque no creo en el bipartidismo, y si ha habido un momento oportuno para "probar suerte" ese es este. Pero animo a votar al PSOE para plantar cara al neoliberalismo del PP.

Y es que a veces la gente se olvida de que somos una democracia muy joven, muy tierna aún, y hay ciertos lujos, como jugar con fuego, que no nos podemos permitir.

Votad a la izquierda aliada. Pensad qué puede derrocar esa dictadura popular en ciertas comunidades. No es posible que con tanta #SpanishRevolution la gente ni se haya enterado de que van a encausar a Camps. ¿O era de eso de lo que se trataba?

Como bonificación os dejo esta lúcida entrada de Javier Solera que en su blog Delirios hace Preguntas sobre el movimiento de DemocraciaRealYa entre las que destaco el párrafo inicial:

¿Es verdad lo que dicen, que ha estallado una revolución? La gente de mi edad siempre dijo que la política "le aburría" o "no le interesaba", ¿debo creerme que esas mismas personas van a cambiar España? ¿Puede una persona leerse la Constitución el mismo día que va a cambiar el sistema y conseguir que eso funcione? ¿Puede un país que consideró "Sé lo que hicísteis" paradigma de la crítica social hacer una revolución? ¿Es legítimo hablar de opresión y censura mientras se critica al Gobierno desde un carísimo ordenador portátil o un smartphone? ¿Está permitido tener dudas o vamos a empezar a considerarlo contrarrevolucionario?

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