El Partido Popular sigue sustentando sus avances, sus victorias, sobre el populismo y la manipulación mediática. Por eso callan el dato de que no es que hayan convencido a más españoles, de que hayan conquistado más votos (sólo han obtenido 500.000 votos más que en 2007, y eso teniendo en cuenta el incremento de población), sino que la izquierda no ha votado a sus competidores. De esto se deduce que en España la llave política sigue estando en la izquierda. Es la izquierda la que decide con su voto o la ausencia de estos quién gobierna. Eso debería hacernos sentir poderosos, pero la propaganda de derechas ha conseguido convencer a muchos de que están solos, abandonados, impotentes.

Por mucho que esa reiterada campaña por desprestigiar su trabajo haya hecho impopular su apoyo, yo sigo creyendo en Zapatero, sigo gritando ese esperanzado ¡Viva Zapatero! cada vez que recuerdo los avances sociales y distributivos que trajo a España antes de que todo se enfangase (y que permanecen, algo que muchos y muchas olvidan), pero también creo en el acto de responsabilidad social que los votantes de izquierdas han ejercitado: castigar a sus partidos por flirtear con el neoliberalismo. El mensaje es claro: España no es neoliberal. Aunque ese voto decisivo, mayoritario, no sabe  cómo expresar su rechazo a las políticas capitalistas neoliberales.

Y la derecha se aprovecha de este desconcierto y, como ya posee el 95% de los medios de comunicación del país (incluso en internet hace tiempo que iniciaron su camino hacia el monopolio), cual berlusconis panicirquistas manipulan los datos, censuran, omiten, y convierten esta victoria in absentia (el contrincante se ha bajado de la lona) en una legitima victoria que les convierte en los mejores. Saben que no lo son. Saben que una mayoría del público no está con ellos, sino con el recuerdo de cuando su contrincante hacía magia en el ring. Y preguntándose ¿qué ha pasado con nuestro Zapatero?, todo iba tan bien...

Ahora sólo falta que la izquierda encuentre la maldita llave. La que cierra esta caja de Pandora, de truenos en forma de desigualdades, de relámpagos que unos  llaman crisis y otros plutocracia, los menos, porque se ha hablado bastante poco de los responsables reales de esta crisis (sí, te miro a ti, Emilio Botín).

PD: Estas elecciones ha habido 550.000 votos en blanco y 360.000 nulos