Palabra de artivista

Ana Pastor... de rebaños machistas

Cualquiera que viese el estreno de ese nuevo programa que le han dado a Ana Pastor bajo pomposo título "El Objetivo", todavía debe estar recogiéndose la mandíbula del suelo ante la prodigiosa pirueta servilista que la niña de los ojos del director de TVE Fran Llorente ---y de parte de la progresía más blandita--- ejecutó en el infame programa machista, clasista y reconciliafachas de la Sexta.

Como aperitivo, nos sirvió el surrealista monólogo de apertura: "nacemos sin ideologías". Buajajajajajaja, pero criatura, ¿de dónde te sacas ese chiste? Salvo que seáis un equipo de extraterrestres aterrizados cinco segundos antes de la emisión (que algo así os debéis de ver), decir que no tenéis ideología es como afirmar yo no soy machista, homófobo o racista ignorando que nos educan en esos prejuicios desde niños. Encima, estando en una corporación mediática que pertenece a un grupo claramente conservador y que en el mejor de los casos, escuela El País, lo que defiende es su dinero, sus productos, sus lanzamientos, su corporación, ¿vas a vendernos que no tiene ideologías? ¿Nunca te han dicho eso de que los que dicen que no son de izquierdas ni de derechas siempre son de derechas? ¿De verdad crees que vas a hablar de los Lara y sus vínculos con el franquismo igual que del PSOE, IU o el SAT?

¿De verdad crees que el tercerposicionismo no es una ideología clarísima que informó al fascismo y ahora a partidos populistas de antipolítica? ¿No es un poco sospechosa la oleada de declaraciones tercerposicionistas en la Sexta tras su absorción por Antena 3 como vimos en el ridículo programa de Florentino que también repitió machaconamente en su promo que no tenía ideologías ni política?

"El rigor y los datos frente al discurso hueco", afirmó convencida la que en twitter ya han bautizado como "mercenaria del capital". Lo que vino a continuación fue un ejercicio bochornoso de infotainment de magazín vespertino que  ofrecía piecita simplona tras piecita simplona, sin profundizar lo más mínimo en los temas propuestos, para distracción de la mente dispersa. Un menú variadito y ligero que contradecía ese supuesto rigor y datos en sus escasos segundos de montaje.

¿No has escuchado esas mismas argumentaciones de datos y sólo datos en los famosos tecnócratas que vocean su falta de ideología cuando son la peor de las ideologías? ¿No te suena a estrategia de la derecha lo de dar datos (que principalmente recaban ellos porque las empresas les pertenecen y nunca  los de abajo) que en realidad esconden ideología? Los recortes son según la Troika basados en datos objetivos, como los tuyos, que luego resultan ser ideológicos.

Que Ana se atreva a usar cuatro anglicismos como revolucionaria aportación periodística, tirando de una televisión y periodismo tan "fiable" como el estadounidense, ya es ofensivo, pero que lo haga con esa prepotencia de "dar lecciones a todos los medios" es un insulto a la inteligencia del espectador. Se le llenó la boca mencionando chorradas como el "revolucionario" fact check que van a usar "por primera vez en España" en su programa como si hubiese descubierto la imprenta (hija, en castellano existe de toda la vida: contrastar las noticias).

Y sigue hablándonos de ese revolucionario producto de limpieza que ahora se llama Reality Check (veracidad informativa, vamos) y que usan medios tan poco fascistas como la CNN o el Washington Post (que dos días después en un documental de la 2 de TVE titulado Sombras de libertad ponían como lo peor de la manipulación que llevó al suicidio al periodista Gary Webb, el que destapó la "Dark Alliance" entre la CIA, la Contra nicaragüense y la inundación de crack de la comunidad afroamericana, como bien explica este artículo titulado Libertad de prensa estilo USA: ¿Quién mató a Gary Webb?). Pero como lo dice Ana muy mona, posando que ni Cifuentes, y con cara de periodista moderna y en inglés, es súper guay. Esos dos productos de limpieza garantizan la misma libertad de prensa que en EEUU (inexistente como dejó meridianamente claro el citado documental sobre conglomerados mediáticos a lo Antena 3-La Sexta).

Todo este revolucionario montaje de planos y opiniones (sin opinión, claro) vienen reforzados por un desfile de gurús cibernéticos que nos siguen enseñando a  ver la verdadera información como en los USA: para tontos, con colores, planos y gráficos súper guays.

La lección de fact checking nos tumbó cuando a continuación aprendimos que Aznar ha sido una gloria para el empleo si se miran los números fact checking y sin contextualizar (framing en inglés, querida Ana, por si lo quieres usar en el próximo programa), sin mencionar la Ley del Suelo o la burbuja del ladrillo que él creó, y mucho menos las subvenciones europeas que se fundió con sus amigos. Aznar creó empleo, afirma rotunda la mujer sin opinión... exactamente igual que Menem en Argentina, esto lo digo yo, no ella que nació sin ideologías, libre como el viento. Es el milagro neoliberal que unos añitos más tarde descubre su trampa cuando ponemos los números en framing (arcas vacías y una economía polarizada y hundida).

Tras ese cántico a las bondades del aznarismo (con tirón de orejas a Rajoy incluido), el equipo fact check-reality check-Tulipán se decidió a profundizar en su objetividad sin ideologías hablando de... ¡los EREs de Andalucía! Madre mía, ¡pero si esta escaleta se la podría haber hecho cualquier neoliberal pepero del Opus con los ojos cerrados!

Ya las primeras piezas fueron abriendo al mandíbula de quienes aún pueden pensar, pero cuando Ana Pastor embistió contra Elena Valenciano con argumentos tan contundentes como si lo que había dicho de Malta era o no era verdad y que eso conllevaba que la ley del aborto de Gallardón no es mala (¿erm? reality check del bueno esnifado, vamos), más de una y uno se tuvieron que asegurar la mandíbula con titanio para no pasar al piso de abajo. ¿Pero esta chica que dice? ¿Le hacen los guiones los Hermanos Marx? ¿Cómo se llega de lo uno a lo otro? Pero ella lo zanja echándole un capote machista a Gallardón diciendo que no podemos criticarle porque aún no sabemos nada de la nueva ley. ¿Erm? Nena, fact check, que sólo tienes que leerte los periódicos para escuchar las burradas cristofascistas de Gallardón día sí día no.

Es muy triste que con lo que hay que  informar sobre la cristofascista y manipulada reforma antiaborto, Ana se centre en atacar a una defensora (con datos) de los derechos de la mujer que tantas décadas ha costado conseguir. ¿De verdad que eso es todo lo que tienes que decir del mentiroso movimiento antiaborto? ¿Ningún dato sobre las falacias que usan los extremistas cristofascistas para apropiarse del cuerpo y los derechos de la mujer y cedérselo al macho y la Iglesia? ¿De eso no hay datos objetivos?

Al final del día lo que tenemos en Ana Pastor es otro caso de feminismo corporativista que la CEO de facebook Sheryll Sandberg tan bien representa. Como nos explica este magnífico artículo titulado Feminismo del 1%:

El feminismo corporativo es fundamentalmente conservador. Trata del conformismo con las estructuras de la cultura corporativa y no requiere ningún cambio cualitativo en las relaciones sociales. En su lugar requiere que aquellas personas que estén experimentando el impacto de la desigualdad y la discriminación hagan una resintonización psicológica. El mensaje central, se diga o no: el sistema está bien, nosotros somos el problema, así que pongámonos a trabajar sobre el trabajo real de ajustarnos nosotros. No sé si Sandberg es republicana o demócrata, libertaria o una socialista aramarizada, pero este tipo de feminismo es lo más conservador posible.

El feminismo del 1% trata sólo del techo de cristal, nunca del suelo. Se ocupa de las preocupaciones, ansiedades y prerrogativas del 1%, mujeres que están en o cerca del nivel más alto de sus profesiones, el mundo corporativo o gubernamental. Desgraciadamente, ciegas en su propio campo de visión limitado, tiende a hablar en nombre de todas las mujeres, universalizando algo que es profundamente particular.

El feminismo de-arriba-a-abajo depende de la benevolencia y política de género de las que llegan arriba. No se trata de hacer acciones colectivas o construir un poder colectivo para el cambio. En el caso de Sandberg, hizo falta que se quedase embarazada y que tuviese que pasear su barriga por todo el aparcamiento de Google para que se diese cuenta de que la compañía necesitaba un aparcamiento reservado para las embarazadas. Su posición de poder facilitó un cambio a una política benficiosa para la mujer. Su propuesta tras esta historia:poner a más voces de mujer en las cúpulas expande las oportunidades y mejor trato para todos. Puede, ¿pero y si las mujeres en la cúpula no tienen ni idea de lo qoe las mujeres de enmedio o abajo necesitan o quieren?

Que Ana arremeta contra la gran Elena Valenciano para defender así la ley cristofascista anti-aborto es, cuando menos, lamentable, pero que con tal de agradar al amo corporativo tire piedras contra su propio tejado es de echarse a llorar. Y que nos tome por tontas y nos diga que ese injustificado ataque a la credibilidad de Valenciano es "objetivo" es un insulto. Me parece muy bien que obedezcas al amo, pero que nos vendas que ser una esclava agradecida es ser objetiva y sin sesgo ideológico quizás te lo compren en Telemadrid o Intereconomía. Para el siguiente programa danos datos sobre la lucha feminista y por los derechos LGTB de Rouco Varela. Y que lo comente Marhuenda, que ya está tardando en aparecer.

Ana, ¿cómo no se te cae la cara de vergüenza de atacar a una activista que ha luchado sin concesiones por la igualdad, que sigue luchando, como Elena Valenciano y defender a un misógino como Gallardón que nos quiere llevar al puro franquismo?

¿Datos? Un dato que no analizaste fue: ¿cuánto te pagan?... desde hace mucho.

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