Sé que a muchos el título de la entrada les sonará a poca novedad, pero espero que al menos dejen a un tipo tan sincero que se explique.
Este miércoles se estrenó en los Estados Unidos de Obama la quinta temporada de Perdidos y es de lo que yo os quiero hablar. Pero es tontería porque Lost es una serie que o bien te encanta y ya sabes todo lo que hay que saber o bien la detestas y en ese caso... pierdes el tiempo leyendo esto. Porque yo soy de los fanáticos perdidos. Genial juego de palabras, ¿eh?
A pesar de todo, sigo intentando repescar a algunos desertores:
Anteriormente, en la vida del Anómalo:
Anómalo: Tíotíotío, que esta noche ponen Perdidos otra vez.
Desertor: Puf. Yo lo dejé en la temporada esa que llegan unos tíos raros.
Anómalo: ¿Eres así de concreto para todo?
Desertor: Era un coñazo. ¿Han explicado ya lo del oso polar?
Anómalo: Nnnn...
Desertor: ¿Ves? ¡Qué pestiño!
Anómalo: Tampoco ha explicado nadie lo de la paloma que dejó preñada a la tía esa y tú sigues yendo a misa en las bodas.
Desertor: ¡Bah! ¿Y el gordo sigue gordo?
Argumento irrefutable a la altura del creacionismo, oiga. A todos los desertores, desde aquí os lo reconozco: la tercera temporada fue malísima. Pero la cuarta recupera con creces. Y la quinta vuelve a enganchar desde el minuto cero. Ese es mi sesudo análisis crítico, ¿qué le vamos a hacer?
Los personajes y la trama dan un paso más en una evolución coherente que cada vez se aleja más el fantasma de que todo sea un sueño de Resines (aunque sospecho que Ben es un infiltrado del Follonero). De todas formas, sepan que paso de las explicaciones esas que circulan por Internet. Como dijo Nacho Vigalondo: "No teorías, que es peor". Sigo sin saber hacia dónde van, pero como espectador estoy disfrutando del viaje y los compañeros. Es decir, de por dónde llevan la trama y a los personajes.
Perdidos es como un espectáculo de magia en el que cada truco es nuevo y consigue sorprenderme para mantenerme pegado y pedirle al ilusionista que me engañe un poquito más. Para los más escépticos diré que esta temporada promete dar muchas respuestas, aunque sea a costa de ir abriendo nuevos interrogantes. Como ocurrió en la cuarta entrega, los dos primeros capítulos de la quinta van por esa línea y ya nos han explicado que... no, hombre, ¿cómo les voy a desvelar nada de la trama en este blog? Lo maravilloso de Perdidos es ir descubriendo las cosas poco a poco, a la vez que los protagonistas. Tiene algo de sado-masoquismo intelectual.
¿Y saben qué? Que el oso polar me tira de un pie.
Ya está, ya lo he dicho.
Comentarios
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