Mi televisión y otros animales

Mata al rey como puedas

Estoy releyendo el título de este post y no sé, a ver si me va a dar problemas... Mira que la SGAE me puede trincar por la referencia a otros conocidos titulares. Que está a la que salta.

Al lío. El lunes por la noche  se produjo un fenómeno anómalo que parece ser sólo se da una vez cada cuatrocientos años o dos semanas seguidas. Coincidían en parrilla tres productos, tres, que eran de mi interés y todos ellos de producción española. Por la asociación "parrilla-productos españoles", alguno estará pensando en chorizos, pero me refiero a Pelotas, Hay alguien ahí y Una bala para el rey. Comento esto para señalar que algo está cambiando y por una vez no es el mando a distancia.

Me decanté por Una bala para el rey porque acaba el martes y porque uno de los actores es amiguete: Mon Ceballos, el francotirador gafotas. Fíjense qué sincero soy que les confieso esto antes incluso de comentar que su actuación fue lo que más me gustó de la miniserie. Del primer capítulo, al menos. Precisamente porque le conozco, creo yo: tiene más mérito que me crea el personaje de asesino cuando lo hace un tío al que he visto hablar después de haber aspirado helio.

Después de ver la promo del desenlace, me da la impresión de que lo de ayer fue material de relleno y descartes de guión y montaje. Por ejemplo, toda la trama de tensión sexual entre los policías que vigilan la casa del malo es totalmente irrelevante, absurda y obvia desde el momento en que ves a un tío y una tía cañones paseándose medio en bolas por una habitación cerrada. ¿Querían provocar? Pues que hubieran puesto un par de señores con bigote haciendo lo mismo. Jo, cómo estoy hoy.

Desconozco los hechos reales en que se basa la ficción, así que no sé si a los etarras de verdad estuvo a punto de hundírseles el barco antes de llegar a Mallorca. Me da igual. Para hacer un thriller igual era mejor omitir esa parte. O haber puesto música de Benny Hill a la secuencia y subrayar la parte cómica. Tampoco creo que el rigor histórico sea uno de los puntos fuertes cuando entre los créditos del guión aparecía un tal César Vidal (¿o es un tocayo?).

Después de ver al jefe del comando cachondeándose de su francotirador y comprar una bañera que hace aguas para ir a cometer un atentado, no tengo mucha confianza en que sean capaces de tener éxito en su cometido. Dejando al margen que Juan Carlos de Borbón sigue vivo. Vamos, que también el suspense hace aguas. Ojalá fuera políticamente correcto hacer una comedia protagonizada por terroristas.

Lo más llamativo es que la promo del capítulo de desenlace sí promete thriller. Parece que hay más tensión, que las tramas policiales y de enfrentamientos tienen mucho más peso. Vamos, que después del prologazo del lunes, empieza la película.

¿Volvemos a comentar esta manía tan española de alargar los capítulos o ya nos lo sabemos?

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