Mi televisión y otros animales

Supervivientes, pero de verdad

Qué pereza, oiga. De verdad que este jueves hice propósito de tragarme el estreno de Supervivientes. Pero lo vi empezar y el primer frame ya acabó conmigo. Hay quien dice que Telecinco no tiene imagen. Yo disiento: la tiene. El problema es que sólo tiene una.

Cada vez me cuesta más diferenciar entre el plató de los diferentes realities. Y como casi todos los presenta Jesús Vázquez, la cosa se complica. Propongo a la Vasile un concurso: eliminen las cabeceras de los programas y propongan a los espectadores que adivinen de qué programa se trata. Un poco más adelante podremos evolucionar y eliminar las moscas de las cadenas para hacer un macroconcurso entre todas las operadoras. Nos queda poco.

Después empezó otro original formato con un nuevo rostro: un tal Jorge Javier Vázquez, acompañado entre otros por Belén Esteban, introdujo un debate sobre el espacio precedente. Que digo yo que si van a hablar de lo mismo, para qué hace falta producir dos programas. ¿No estamos en el país en el que un mismo espacio puede alargarse hasta la madrugada? Que nadie me explique que el plan es que Jota-jota siga después de que acabe Supervivientes, que ya lo sé.

Con todo, los estrenos se llevaron un 21,9% y un 25,8%, respectivamente. Muy buenos datos tal y como están las cosas y un auténtico balón de oxígeno para esos seres etéreos e intocables que son los programadores. Pero, y aquí es cuando Vasile escupió el café, Águila roja ni se despeinó y marcó una cuota de pantalla del 25,1%. Creo que ya tienen en la isla a alguien escondiéndole la ropa a Daniela Blume.

Si este post les ha parecido aburrido, enhorabuena: sin duda no son ustedes espectadores de Telecinco.

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