Mi televisión y otros animales

Nos quedamos sin 'ber to'

La Sexta ya no mola tanto. La misma cadena que quiso recuperar El muro infernal, los directivos que pensaron que juntar a Bruno Oteiza y Txumari Alfaro, los programadores que nos metieron entre córnea y nervio óptico Estados alterados hasta que pensamos "bueno, tampoco está tan mal"... esos mismos han decidido que tres semanas es margen suficiente y se han cargado El programa de Berto.

La audiencia no acompañó y se quedó en una media de share en torno al tres y pico por ciento. Vale, eso es verdad. Claro que se estrenó el mismo día que La 1 lo petaba con la reposición de Volver y desde Telecinco, Aída trataba de frenar el éxito de Doctor Mateo en Antena 3. Sólo hubiera faltado que le pusieran House en Cuatro. En tres semanas también ha tenido que hacerse un hueco contra el episodio número 100 de la sitcom de Carmen Machi sin Carmen Machi, un especial musical. Resumamos en que era una noche cuando menos conflictiva.

Sospecho que El programa de Berto ha sido también víctima colateral de la crisis. Me temo que por motivos de producción, sólo podía grabarse los viernes, lo que tal vez haya impedido moverlo a otra franja más fácil que la del prime time del domingo. Por el tipo de humor, no puede estar dentro del horario de protección a la infancia (el resumen de Supervivientes, sí) y los sábados por la noche no van a quitar el fútbol para poner a un señor con la nariz grande diciendo cosas graciosas. Al menos no desde que murió Jesús Gil.

A mí me gustó El programa de Berto desde el piloto y creo que iba mejorando semana a semana. Era una apuesta arriesgada, innovadora, pero sobre todo divertida que, desde mi punto de vista, no ha caído por sí misma, sino por avatares de la parrilla. De haber tenido ese margen que en las generalistas españolas no se estila, podría haber hecho algo grande. Viéndole por la noche en Buenafuente, daba la impresión de que Berto tenía ese sentimiento de cuando te deja una chica con la que todavía no te has acostado: no te puedes creer que tome una decisión tan drástica cuando lo mejor aún está por llegar.

Lo positivo de este episodio llegó con Bertovisión. Con un par de narices (con perdón) ya había salido el tío a vender chicles y a pelearse con un conejo y un osito de gominola, disfrazado de langosta. Y todavía se puso a hacer chistes sobre una revista de relojes. Se vio que estaba de bajona cuando dejó escapar vivo a un redactor de la publicación que se apellidaba Correia. ¡Chacho! Entonces Andreu empezó a hacer bromas sobre la nariz de Berto y sólo faltó que alguien pusiera a Queen de fondo: the show must go on. Se lo busquen en YouTube, que a mí me da la risa.

¿Empezamos ya la campaña para que fichen a Berto en La 2 o lo dejamos hasta después del Buenafuente ha salido un momento de este verano?

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