Mi televisión y otros animales

Los comentaristas salvan el día

En ocasiones veo a Michael Jackson. Y quien dice "en ocasiones", dice "cada vez que me acerco a un televisor encendido". Como ponen imágenes retrospectivas, estoy todo el rato dudando de si tengo bien configurado el color de mi receptor. Y además no consigo baj... sintonizar mi antena mágica para pillar el segundo capítulo de Hung.

Con todo esto, no me queda más remedio que echarle morro y hacer como cualquier programa escaso de presupuesto y tirar de los comentarios de la audiencia para rellenar. Es mi forma cariñosa de decir que veo que el tema de la TVE sin anuncios les ha tocado de lleno y creo que merece la pena contestarles desde un nuevo post. Y si no cuela, pues ya mañana hago uno de verdad:

Mike, Platon y Ziklia creen en las cortinillas de autopromo como solución sintáctica y para acudir al migitorio. Los dos primeros también son favorables a la implantación de un canon. Franco también lo era. No pretendo insultarles, sólo quiero hacerles ver que ni él lo consiguió. Y en cuanto a las autopromos... pocos canales temáticos se limitan a ellas y el caso que conozco con esa práctica en estado más puro es RNE. Lo crean o no, la oigo. Y lo crean o no, en Radio 1 se echan de menos las maravillosas cuñas del butterfly vibro master clander y los métodos de limpieza dental de Mar Flores.

 Prohibido mear

Otro tipo de cortes relacionados con la descarga de la uretra

Y no me acostumbro, pese a lo que apunta Entrambosmares, que también tiene sus dudas respecto a cómo gestionar la financiación de TVE. Le preocupa que sus impuestos sirvan para patrocinar España directo. Peliagudo. ¿Y si alguien de lo que está en contra es de Saber y ganar? ¿O de Aquí hay empleo o Redes? A mí me aburre Los mejores años de nuestra vida, pero parece que a un importante sector social le entretiene o lo que sea y además se autofinancia con los ingresos publicitarios. ¿Por qué es menos servicio público que cuando La 2 programa la película Shoah y sólo le interesa a 35.000 espectadores? ¿Podemos dejar a TVE operar en el mercado libremente y que el Estado se haga cargo únicamente de las emisiones que se consideren servicio público en sentido estricto, como un cliente (patrocinador) más? Yo lo lanzo.

El pobre Turuk identifica publicidad con consumismo (¿y los anuncios de la DGT o de ONGs?) y afirma que el consumismo no es servicio público. Tengo entendido que muchos de los economistas del New Deal y algunos de los que intentan sacarnos de la actual crisis tendrían muchas cosas que comentarle. Me preocupa más que los concursos telefónicos de TVE sean un coñazo que el hecho de que existan y recauden dinero.

María nos propone que visitemos una página de tías en bolas. Es extraño que los moderadores de comentarios borren los míos y dejen casos tan flagrantes de spam. Lejos de quejarme, lo interpreto como una forma metafórica de proponer una solución para el futuro de la televisión pública.

Fran tampoco quiere que quiten la publicidad porque le gusta TVE tal y como está ahora y prevé un cambio más drástico que quitar cuatro pausas publicitarias. Además, teme por su vejiga con el nuevo sistema de financiación sin cortes. Esto me lleva a una de las frases más interesantes de sus comentarios, escrita por Small Blue Thing: "¿Queremos una BBC, una PBS?". La piedra de toque: el modelo. Es muy raro, pero que muy raro, que una televisión pública ofrezca ¡Mira quién baila! o Águila Roja. Yo diría que casi tan raro como una privada que debe gran parte de su fama a coachings, como Cuatro con sus supernannys, adolescentes, hermanos mayores y demás lumpen.

La BBC es una televisión ejemplar, sin duda. El dinero lo ponen mayoritariamente los británicos, que están tan orgullosos de su tele que no les importa pagar unas 132 libras anuales (143,71 euros) por cada receptor que posean. Como decía más arriba, aquí no logró implantarlo ni Franco.

En el otro extremo está la PBS americana, con un complejo sistema de venta de programas y productos y dinero del contribuyente. Los americanos se ríen de ella y sus índices de audiencia hacen sonrojar hasta a La Sexta. No me pregunten qué hacen aparte de Barrio Sésamo y algunos documentales. Son buenos productos, claro, pero ¿bastarían para justificar la existencia de una infraestructura como la de la corporación RTVE en un país como el nuestro?

El problema con TVE, como apuntaba en el útlimo post, está en una indefinición del Gobierno, que sólo parece tener claros tres conceptos en cuanto a televisión: anuncios, fútbol e informativos. Y lo que ha pensado es: los anuncios molestan, el Telediario mola y el fútbol que lo ponga... er... na, esta frase me la guardo para una terraza, con cañas.

La conclusión es: menos prisas, propongan primero lo que quieren hacer y luego ya vemos cómo lo pagamos. Es más divertido discutir para ver quién invita cuando todos quieren pagar.

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