Mi televisión y otros animales

Ensaladilla yanqui

Estaba deseando comentar con ustedes grandes series de este verano.

Pero no hay, así que conformémonos con estas:

Drop dead diva

Permítanme que descargue mi indignación antes de empezar con otras cosas más potables. Esto va de una tía buena cuya mayor aspiración es ser azafata de El precio justo  que se muere. Por lo que sea, en lugar de ir al infierno de escai y poliéster, va a parar al cuerpo de una inteligente, comprometida y gorda abogada. Con este ejemplo les va a quedar más claro: es como si la del panel de La ruleta de la fortuna fuera a parar al cuerpo de Cristina Almeida.

¿Por qué me indigno? Porque parece que el público americano es un hatajo de iletrados a los que Hollywood alienta con personajes con el coeficiente intelectual de una aceituna (¡sin anchoa!) dando lecciones sobre cómo hacer su trabajo a otros que son profesionales o que llevan toda su ficticia vida currándoselo. Porque, evidentemente, la modeli saca adelante casos que se le hubieran atascado a la chica cuyo cuerpo okupa.

Hale, ya pasó. Por lo demás, tampoco está tan mal. Es tan ligera que cuando la pongan en alguna TDT los sábados mientras desayuno, será una buena alternativa a las sirenas hijaputas de Antena 3.

The assitants

Hablando de adolescentes, me costó un rato entender por qué eran tan histriónicos los personajes de esta serie. Hasta que entré en Wikipedia y me enteré de cuál era su target. Se conoce que los jovenzuelos americanos sólo ven televisión en su ipod y los actores tienen que hacer gestos muy exagerados para que los chavales puedan verlos. Como en el teatro, ¿saben? Sólo que... bueno... peor.

La idea es muy buena, no obstante: se trata de reflejar el día a día de los asistentes de un ¿productor? de Hollywood. Ya saben, esas personas que aparecen en los títulos de crédito de las películas por ser los que les quitan las pasas al muesli de las estrellas. Si fuera valiente, aquí haría un chiste con un ministro.

Lástima que la brillantez se queda en la idea. Aunque hay buenas líneas argumentales y buenos comienzos en alguna situación cómica, acaban yéndose al traste por eso que decíamos del ipod. Mira: como Ramoncín.

Si llega a España, acabará en Neox y luego como relleno matutino en Antena 3, cuando se cansen de reponer la serie de la hermana de Britney.  Pero estamos hablando de Antena 3, así que eso no ocurrirá nunca.

Michael and Michael have issues

Las series de Comedy Central no suelen ser productos muy mayoritarios, así que ésta tampoco lo es. Dos cómicos, a lo Cruz y raya, y su programa, con fragmentos del mismo y un vistazo al trabajo en la redacción.

La parte del programa, muy Saturday night live, tiene sketches bastante graciosos, como el de los adolescentes que han hecho promesa de virginidad hasta el matrimonio. Y es difícil darle una vuelta más a un concepto tan cómico de por sí.

Las historias de la redacción parecen guiones rechazados en The office por demasiado pasados de rosca.  Aún así, encuentran grandes momentos.

Lamentablemente, esta serie, como pasa con mucho material de Comedy Central, hay que verla en inglés a pelo, sin subtítulos ni nada (que yo sepa). Por tanto es sólo para los que sean muy fans del humor americano. O para los que han aprovechado el verano para aprender inglés, que es algo que les servirá toda la vida.

Otro día, más.

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