Mi televisión y otros animales

Serie negra de hospitales

Lo reconozco: estoy perdido. Es imposible seguirle el ritmo a las series hospitalarias a ambos lados del atlántico y de los Pirineos. Seguro que si en Andorra producen alguna teleserie, será sobre hospitales. Un hospital en el que abundan las andorranas. Sí, estoy decidido a provocar un incidente diplomático con este post.

Tras el estreno de la poco clasiflicable Nurse Jackie, la nueva ojeada al mundo enfermeril nos llega de la mano de Hawthorne, título y apellido de la jefa del grupo de enfermeros sobre el que va la serie. Gente que trabaja en un centro sanitario con los conflictos derivados de su trabajo, su vida personal y el encuentro de ambas. ¿Qué dio de beber el creador de la serie a los representantes de la cadena para colarles un argumento tan osado y nunca visto? No me sean irónicos, que les falta un dato.

Al que le suene racista, que se rasque, pero la impresión que me han dado los primeros capítulos es que es una serie de hospitales de negros. Y me explico rápido antes de que me caigan palos por todas partes. Verán, en Estados Unidos la comunidad afroamericana estuvo marginada de la producción televisiva hasta mediados de los 80, con la irrupción de Bill Cosby. Éste cogió los estándares de las comedias de blancos de varias décadas antes y los aplicó a su propio grupo étnico: los negros no tenían por qué ser meros comparsas cómicos del héroe blanquito.

Aunque en los años 80 la comedia familiar y moralizante ya estaba pasadísima de moda, la comunidad afroamericana necesitaba hacer ese recorrido fase por fase. De alguna forma (y sospecho del poder hipnótico de los colores de sus jerseys),  el éxito de Cosby dio el pistoletazo de salida que con el tiempo nos llevaría a comedias más evolucionadas como Cosas de casa, o El príncipe de Bel Air, entre otras.

El paréntesis pedante anterior nos sirve para entender una serie protagonizada y producida por Jada Pinkett-Smith, mujer de Will Smith y que en su segundo episodio cuenta con Malcolml-Jamal Warner: el hijísimo Theo de La hora de Bill Cosby. El camino ya está recorrido en la comedia, es la hora de inciar el asalto a otros géneros; es la hora de las series negras de hospitales. Aunque atípica, porque en realidad hay personajes de todas las etnias que se les ocurran y todavía no he visto a ninguna señora haciendo "gestos de negra chunga".

Empieza muy mal, con una enfermera (blanca) haciéndole un alivio manual a un paciente soldado. Con lo que me refiero a un militar hospitalizado, no al rey de los sudokus del cuartel. Ni caso. A alguien se le fue la mano. Con perdón. En realidad es un drama ligero con sutiles pinceladas de comedia, supongo que como los inicios de Anatomía de Grey (que sí, que no he visto Anatomía de Grey).

Se trata de personajes y situaciones muy humanos y bastante creíbles, algo que ya tiene mérito cuando hablamos de la sanidad televisiva. Se deja ver muy bien y es posible que acabe en el prime time de Cuatro, si sigue con su política de comprar todas las series que se parezcan a las que ya están emitiendo. Además, Hawthorne ya ha renovado para una segunda temporada.

A esa renovación es a la que yo temo. Demasiado componente sentimental en las tramas como para que esto no acabe degenerando en lacrimógenos culebrones en los que todos los del hospital acaben liándose entre sí.

Una serie que por todo lo anterior no dudo en recomendarles, mientras yo discretamente reservo ese tiempo a la semana para otros menesteres. Para qué estropear una primera impresión tan bonita.

Más Noticias