Mi televisión y otros animales

Clases de telebasura en La Sexta

¿El Anómalo va a hablar mal de la cadena que comparte accionistas con este, su humilde pero no por eso menos bello, diario? ¿Qué será lo próximo? ¿Alguien de Sé lo que hicisteis fichando por Telecinco? ¿La Cope renegando de Federico?

Tranquilos, no se me solivianten, que las clases fueron teóricas. Y ya sabemos que la parte de teoría no interesa. Miren lo que pasa con la teoría de la evolución en algunas escuelas. Las lecciones las impartió este domingo Salvados, de la mano de Jordi Évole, el Follonero y lo hizo con toda la intención.

El programa estuvo lejos de ser el más divertido de la temporada, sobre todo por la mala suerte de no lograr colar a su "infiltrado telefónico en DEC". Culpa de la Campanario. Pero se dijeron algunas cosas muy interesantes. No me van a creer, pero hasta Pilar Rahola nos dejó una reflexión inteligente. Tan increíble como que Rajoy diga que se ven "datos esperanzadores" en la economía, lo sé. Y si no me creen, les cito de memoria; explicaba la señora Rahola una conversación en la que le soltó a Boris Izaguirre una frase lapidaria de estas que han hecho de ella una solicitada tertuliana: "me preocupa más una mentira en un telediario que tu pito pequeño".

Nos lleva a dos reflexiones: la primera es cuántos pitos tiene Boris y por qué son de diversos tamaños. La segunda es que Rahola, en su estilo demagogo y tabernero, lleva razón. Sin mentar teorías conspirativas, es cierto que la telebasura o la "información" del corazón, además de ser rentable, distrae de las cosas importantes. Seguramente esa sea su mayor virtud (así la esgrimen sus defensores), pero también es el mayor argumento en contra: no hace falta que se imaginen a Jesús Mariñas como un gladiador ni a Isabel Pantoja como una mártir para reconocer conmigo una clara analogía con el panis et circensis. Pan y circo para los que no les guste el fútbol. O como anfiteatro complementario.

Otro segmento de obligado visionado para los acérrimos a la tele rosa debería ser el de "Operación Tertuliano". Carlos Navarro, el Yoyas, no es mi intelectual favorito (no mientras Ramoncín siga activo), pero es un tipo muy lúcido. Es maravilloso escucharle contar con toda la naturalidad del mundo cómo se "trucan" los debates del corazón o cómo una revista prepara un montaje. Así es el negocio, así funciona y está bien que de vez en cuando venga alguien de dentro para explicarlo. Porque lo crean o no, hay aún quién defiende la pureza periodística de este mundillo y si lo decimos los de fuera, nos acusan de arribistas, de envidiosos y no comernos el pollo.

Lástima que no muchos de ellos se dejaran caer el domingo por las clases que dio La Sexta. Seguramente les diera igual, porque la gente, en general, ve los programas del corazón porque distraen, no porque crean lo que dicen.

Lo mismo que nos pasa a muchos con la información política.

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