Mi televisión y otros animales

Los huevazos de los guionistas

Esta vez no es un título trampa, amigos, siento decepcionarles. O no. En las últimas horas he decidido cambiar de ídolo en lo que a cuestiones de valentía y arrojo se refiere. El lugar que hasta ahora ocupaba el novio de la duquesa de Alba lo ocuparán desde ya mismo los guionistas de Globomedia. Les espero mientras dicen algo de Globomedia, La Sexta y Público, me llaman vendido un ratito y se unen a nosotros para continuar.

¿Ya? Se preguntarán ustedes que por qué son mis héroes unos tipos a los que varios cuerpos de seguridad deberían perseguir por crear Los hombres de Paco y Médico de familia, formatos que, no olvidemos, se han exportado a varios países. En la ONU todavía no han creado un tribunal adecuado.

Pues les admiro porque son una gente que, como decía Small Blue Thing en un Twitter, trabajan al compás del "¿a que no hay güevos?". Y vaya si los hay. El final de Los Serrano prueba que los tienen más grandes no ya que una cabeza de recién nacido, sino que  la cabeza de Pepe Navarro (toma referentes fresquitos que les traigo). Y, sobre todo, Águila Roja.

Aún si consideramos que lo de meter canciones contemporáneas puede no ser atribuible al guión, los escritores cascaron en el último capítulo un momento glorioso en el que el protagonista se cuela en un lugar de máxima seguridad para robar unos documentos. Lo hace descolgándose con unas cuerdas desde el techo. ¿Les recuerda a alguna película de Tom Cruise? Pues el criado del ninja cañí cierra la secuencia anterior con un: "¿pero cómo vamos a robarlo de ahí? ¡Eso es Misión imposible!". Olé sus gónadas toreras y del tamaño de helipuertos.

Detrás de estos gestos puede estar la chulería o una increíble complicidad con el espectador, una forma libérrima de decirle: "te la estamos colando con toda la serie. Tú sabes que te la estamos colando. Nosotros sabemos que tú sabes que te la estamos colando" y así ad infinitum.  Me inclino a pensar por esta segunda opción, la del profesional que sabe que está jugando. Que se ríe a la cara de los que achacan a la serie "falta de rigor" y le guiña el ojo a su público para que se unan a su risa. Es algo tan parecido a un mitin político...

Hay más guionistas "suicidas" en el mundo. Hay unos que están haciendo una serie llamada a decepcionar a la mayoría de sus fans. Porque hagan lo que hagan, sólo los más acérrimos van a perdonarles que el desenlace no se ajuste a la perfección a lo que ellos sueñan. Desde Mi televisión y otros animales queremos permitirnos la osadía de sugerirles a los guionistas de Perdidos un final. Total, uno coherente tampoco les va a gustar:

Porque, amigos, a veces, sólo a veces, es sólo televisión. Y haríamos bien en recordarlo.

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