Mi televisión y otros animales

La peli del Plus reloaded

O "de cómo Cuatro quiere retomar la bella tradición del porno, pero le da cosica".

Este lunes se estrenó After hours, el nuevo programa de Rafa Méndez, la persona que más ha dicho "caquita" en televisión sin trabajar en Saber vivir. Un espacio de reportajes que mezcla 21 días con Callejeros hasta la redundancia. Cuánto daño ha hecho Michael Moore.

Tengo más referentes, ¿eh? El aire trasgresor y pretendidamente canalla le da un punto a lo Mientras duermes o a LaNocheMix. Y si pusieran más cámaras alrededor de Méndez podrían hacer un Diario de... ¿Quién dijo que en la tele dan lo mismo a todas horas y en todas las cadenas? Ah, creo que lo dijo mi abuela. Y nosotros pensando que se le había quedado el timeshift del TDT en pause...

Mientras nos preguntamos si queda alguien en España que no haya salido en la tele, les diré que After hours es bastante canónico en lo que a este tipo de programas se refiere. La única novedad que aporta es la presencia de Rafa Méndez en lugar de un periodista. ¡Qué pruritos tengo, cómo soy!

La verdad, no sé muy bien cómo valorar a Méndez. Por un lado, como lamentable. El estreno de After hours se centró en el sexo, con swingers, sex coaches, bondages y otras palabras que no sé pronunciar. Y ahí estaba el presentador, con esa mirada turbia que tiene y babeando todo el rato: "¿y ahora podríamos liarnos todos?". También es glorioso cuando intenta acercarse a un tipo que practica dogging con una cámara "discreta" al grito de: "eh, oye, no te vayas". Tan sutil generando complicidades como Esperanza Aguirre en una fiesta de cumpleaños de Gallardón.

After hours

Mírenle. Ni Pajares no hubiera hecho mejor

Si alguien me vendiera este programa como un formato informativo, tendría que criticar la falta de rigor y mesura de Rafa Méndez. Pedir a todo el mundo que use condón (¿?) no te convierte en un comunicador responsable.

Por suerte, After hours no es eso. Se trata de provocar y en eso no puede haber nadie más profesional que alguien que formó parte del cuerpo de baile de Melody. Donde Samanta Villar amaga, Méndez se remanga y no tiene escrúpulos en empujar el consolador de una actriz porno o aportar el elemento voyeur a varios encuentros sexuales poco convencionales. Diría que él está en su salsa, pero no parece una expresión muy adecuada.

No se trata de divulgación ni de periodismo y no creo que nadie nos lo venda así. Además, se emite en horario de late, así que pueden poner lo que les dé la gana. Se trata de hacer espectáculo del morbo y punto. Lo que digo yo: si se pretende de atraer a la audiencia a altas horas de la noche mediante el sexo, el sistema lo tienen muy depurado las teles locales.

Y en Cuatro aún recuedan los buenos resultados que les daba los viernes, aunque fuera con rayitas y sonido distorsionado.

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