He estado a punto de titular "salva Mobuzz.tv, salva el mundo", pero luego diréis que estoy obsesionado con Heroes. Por cierto, que se han ciscao a Jeph Loeb y a Jesse Alexander y... vale, vale, me centro.

Lo que os decía, la crisis no sólo afecta a las televisiones convencionales y a los pobres banqueros y constructores que tienen que pasar por la pena de echar a gente y quedarse solos en sus mansiones. ¡No! También las televisiones alternativas están encontrando problemas de supervivencia ante la coyuntura económica y por su naturaleza outsider, los pobres sólo pueden recurrir a los seres más ingratos del mundillo: nosotros, los espectadores.

Salvar Mobuzz from Anil de Mello on Vimeo.
Para los que no podáis ver el vídeo, os resumo. El proyecto Mobuzz va a ver a su abuelita, el éxito mediático. Pero por el camino aparece la Crisis Feroz en forma de campañas publicitarias que se retrasan por culpa de la situación económica. Ahora está en manos de los usuarios dejar que la mala se zampe a la abuelita y después a la Mobuzzita Roja o salvar a ambos como un cazador con disparos de calderilla. Bastante calderilla, eso sí: se trata de alcanzar el objetivo de los 120.000 euros.

A veces soy tan didáctico...

Siguiendo con su cosa revolucionaria (estos deben ser una panda de rojos...), si no alcanzan la cifra necesaria para la supervivencia, devuelven el dinero aportado. El que quiera colaborar, clique aquí alegremente. Voy a poner el enlace inocentemente.

A veces soy tan naïf...

Hace poco pasó algo parecido con otro servicio de televisión a través de Internet. La crisis impedía a Zattoo seguir emitiendo en abierto y cuando pidieron una suscripción de 1,20 euros o 1,75 para el paquete HiQ, cundió la ira. Qué vergüenza. ¡Pedir dinero por un servicio para poder cubrir los gastos y emitir de forma legal!. ¿Qué será lo próximo? ¿El lucro?

Mira que decimos veces que nos bajamos las cosas de Internet porque la industria infla los precios artificialmente, porque es la única forma de conseguir algunos contenidos...Que no es por no pagar, de verdad, que no es que seamos unos ratas.

Vale, pues es la hora de poner lo que hay que poner encima de la mesa. La pasta, vaya.

Suerte, que la van a necesitar.