Tiempo real

Sin una lágrima

Una noche el escritor Italo Calvino y su mujer, Chichita, nos llevaron a cenar a un restaurante del puerto de San Remo, muy agradable, en donde Italo tuvo ocasión de enfadarse conmigo pero también de decirme algo que nunca olvidaré. Mi condición de físico me confería a sus ojos algún valor particular como crítico.

"¿Leíste Tiempo cero?". "Sí –respondí, e hice una pausa incómoda–. Está muy bien, es como una prolongación de Las cosmicómicas. Tal vez menos trascendente".

Se hizo otro silencio incómodo. No sabía entonces que la franqueza nunca hiere, aunque duela. Y a mí Tiempo cero me había parecido un libro menor de Italo, más de lo mismo, más del mismo juego un tanto ingenuo que ya había hecho de Las cosmicómicas un libro malogrado. "Lo que yo esperaba –me atreví a añadir–, lo que me parece que el público esperaba y espera ahora de ti, es una gran novela, algo comparable a El barón rampante".

Italo dejó los cubiertos, frunció aún más el ceño, puso los puños en el mantel y, mirándome fijo, me dijo: "¿Y por qué? ¿Por qué esperas algo de mí? ¿Qué tienes que esperar de mí? ¿Y qué tiene el público que esperar de mí? ¿Eh?". Traté de sumirme en mi vaso de vino. Chichita y Nicole nos miraban sonrientes pero un tanto recelosas. Calvino prosiguió: "Yo eso no lo entiendo. ¿Y si yo no quiero escribir una gran novela? ¿Y si yo no puedo escribir una gran novela?".

Estaba muy tocado. Y yo me sentía terriblemente dolorido por su enfado, pero más dolorido aún por justificarlo en todo su alcance. Pensé que había metido la pata, y su morada intelectual se me apareció como mucho más inaccesible que unos minutos antes. "Yo creo que sí puedes –atiné a decir–. Si alguien puede en Italia escribir hoy una gran novela ese eres tú.Todo tu itinerario, desde El sendero de los nidos de araña, te lleva a eso. Vaya, me parece".

"Pero vamos a ver –respondió algo menos enfadado y volviéndome a mirar con sus ojos de ave de rapiña–, ¿dónde está escrito que yo deba escribir cada vez mejor? ¡A lo mejor es al contrario, debo escribir cada vez peor! ¿Dónde está escrito que el mundo deba ir cada vez mejor? A lo mejor es al revés. A lo mejor el mundo no progresa, sino que regresa, pero nosotros no lo sabemos. A lo mejor todos nuestros esfuerzos por mejorarlo son vanos. A lo mejor nuestros esfuerzos no hacen más que empeorar la situación, hacer la caída más dura, la decadencia más dolorosa". Hizo una pausa y añadió: "Lo importante es mirar todo ello a ciglio asciutto, sin una lágrima".

Más Noticias