Todo es posible

Frente a la alcachofa

Me solidarizo con los colegas que se ven forzados a perseguir a los famosos cámara en ristre, porque he visto a muchos accidentados, cuando no humillados. Y compadezco, desde la distancia, a quienes forzosamente se enfrentan a un enjambre de esos micrófonos a los que llamamos alcachofas. Cuando me inicié en este oficio éramos pocos y la mayoría llevábamos, como único instrumental, una modesta grabadora. Los personajes se tomaban su tiempo para darnos respuestas personalizadas y, por lo general, metían menos la pata que ahora.

Y es que se necesita tener muchas tablas para superar el síndrome de la alcachofa. A ella se han sometido toreros, ministros, empresarios, músicos, cineastas, escritores y otros todavía más acostumbrados a lidiar con la popularidad cotidiana. Unos cuantos han pasado a la historia por pronunciar la frase de la que se arrepentirán toda su vida. Entre mis preferidos, Mario Pascual Vives, el ilustre abogado y portavoz de Iñaki Urdangarin. Todas sus declaraciones han sido breves, pero memorables. Estrenó su portavocía arremetiendo contra la prensa por informar sobre las presuntas actividades delictivas del marido de la infanta, de quien afirmó que no sólo estaba preocupado y apesadumbrado, "y quizá también, por qué no decir, indignado". La más reciente, sin duda, la mejor. En un intento de lavar la imagen de su cliente ha dicho que "ha pagado muchísimos impuestos, mucho IVA y –reiteró– muchos impuestos". Si admitimos que es tal como lo cuenta, será porque habrá ganado también muchísimo dinero o es que ha pagado más de lo que debía. Lo dicho, que este letrado es un filón para los periodistas.

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