Todo es posible

Chiringuitos

Supongo que nadie pretende cargarse los chiringuitos de un modo arbitrario. Pero antes de aplicar estrictamente las normas a esos establecimientos playeros que tantas alegrías nos han dado, tendrían que acabar en todo el litoral con otra clase de infracciones y abusos más escandalosos. En la playa del Algarrobico, invadiendo terrenos del Parque Natural de Cabo de Gata, sigue abandonado a su suerte un monstruo de hormigón del que sacaron buena tajada unos cuantos promotores insaciables. Lo he puesto de ejemplo varias veces porque considero una indecencia que siga en pie. Lo mismo que todas las edificaciones privadas a pie de playa que obtuvieron licencias de dudosa procedencia. Hay puertos deportivos en zonas protegidas de la costa. Existen todavía industrias contaminantes y vertidos ilegales al mar de cuya existencia están bien informadas las autoridades. ¿A qué esperan para aplicar la ley?

Medio Ambiente ha expedientado a la duquesa de Alba porque, al parecer, su casa de Marbella sobrepasa unos 30 metros cuadrados la línea de playa. Si fuera cierto y consiguieran derribar un sólo ladrillo de su propiedad, sería una excelente cabeza de turco con enorme proyección mediática. Por algo se empieza, pero son necesarias medidas más contundentes para recuperar la costa y demostrar que se toman en serio la política medioambiental. Después que la emprendan con los chirringuitos que incumplan las normas elementales de higiene o espacio. Al resto, que nos dejen disfrutarlos y, sobre todo, que los partidos no pretendan rebañar unos cuantos votos a su costa. Sólo falta que el PP esté a favor y el PSOE en contra, o viceversa, para que el chiringuito se convierta en otro debate sectario.

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