Trabajar cansa

El Papa, en la selva de Internet

                                                   

"El Papa sabe los aspectos negativos de las nuevas tecnologías, pero si los hombres se encuentran allí, hay que ir allí a encontrarlos." -Claudio María Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones-

                           

Éramos pocos en Internet, y apareció el Papa. El Vaticano acaba de inaugurar su propio espacio en Youtube, un primer acercamiento que piensan extender también a las redes sociales tipo Facebook, a las que el Papa quiere llevar el mensaje católico.

Como ese padre que supera su tecnofobia y un día se conecta a Internet para enterarse de en qué gastan las horas sus hijos, también el Papa ha decidido entrar en la Red, para ver qué hace su feligresía por esas webs.

Eso sí, el Santo Padre lo hace armado de valor, consciente de los peligros del invento. Como esos misioneros que se adentraban en la terra incognita para cristianizar a los salvajes, y se exponían a ser devorados por las fieras o los nativos, allá van también Benedicto y sus cruzados, dispuestos a "evangelizar el continente digital".

En la selva de Internet le esperan grandes peligros, tentaciones, ofertas que parecen propias del maligno (alargamiento de pene, famosas desnudas...), páginas que prometen lo prohibido, foros donde circula información poco adecuada para Su Santidad.

Esperemos que Google, como ya hizo en China, establezca un filtro en el Vaticano para limitar riesgos, censurando ciertas páginas y filtrando las búsquedas. No sea que el Papa, navegando, navegando, acabe como la Reina Isabel de la simpática novela de Alan Bennett, que un día entra en la biblioteca y, leyendo, leyendo, acaba dudando de todo y abdica.

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