Trabajar cansa

La banca se hace querer

                                          

"Estamos interesadísimos en seguir prestando porque es a lo que nos dedicamos, en cuanto el prestatario es solvente" -José Antonio Olavarrieta, director general de la CECA-                    

Hasta hace unos meses, entrabas en una sucursal bancaria y te ponían alfombra roja, el director te invitaba a su despacho, y salías con los bolsillos llenos de caramelos, bolígrafos promocionales y, por supuesto, el crédito solicitado. Pero eso se acabó. Si hoy entras en una oficina, o eres tan solvente que ni falta te haga pedir dinero, o se encerrarán todos tras el cristal antiatracos.

Llevamos días acusando a los bancos de cerrar el grifo del crédito y estrangular así la economía, y no es cierto. Ellos están deseando dejarnos dinero. Si no lo hacen es por nosotros, por nuestro bien, porque no nos ven solventes, y prefieren ahorrarnos el disgusto de vernos en un aprieto el día de mañana. "Pero a ver, so insolvente, ¿tú para qué quieres un crédito? Que no, que no, que te lo vas a gastar todo, que te conozco, que llevas años viviendo por encima de tus posibilidades."

En realidad la banca española se está haciendo querer. Está harta de que no le reconozcamos su labor, y ha decidido hacerse la interesante, para que nos demos cuenta de que no podemos vivir sin ella. Por un lado presume a todas horas de estabilidad y beneficios, frente a los bancos tontos de otros países que quiebran o lloriquean a papá Estado para que los recapitalice. Por otro, nos niega su cariño, nos cierra el grifo, para que la queramos más y suspiremos por su amor perdido.

Lo malo es que de tanto hacerse la interesante parece que nos está chuleando más de la cuenta. Porque si ésta es una banca fuerte y fiable, casi prefiero una banca débil que acabe nacionalizada.

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