Trabajar cansa

Con Obama, las guerras son menos guerras

"Cuando llegamos a una ciudad, siempre buscamos oportunidades para hablar con los afganos y explicar por qué estamos aquí" -Kurt Stahl, portavoz de los Marines- 

                            

Pensaba escribir una columna crítica sobre la ocupación militar de Afganistán en los términos habituales -guerra imperialista, sufrimiento de la población civil, etc-, pero me he frenado en seco: quieto ahí, ¿acaso has olvidado que es Obama el que manda la última operación militar? Ah, es verdad. Es que tengo todavía puesto el chip anti-Bush, y se me olvida que Obama es otra cosa. 

Las guerras son menos guerras con él. En los últimos meses ha mandado más soldados a Afganistán, ha pedido más dinero al Congreso para operaciones militares, y acaba de lanzar la mayor ofensiva en ocho años, pero lo hace por una buena causa: crear las condiciones de seguridad para que los afganos puedan votar en las elecciones presidenciales de agosto. Si fuera Bush diríamos que es una mala coartada para continuar y extender la guerra, pero como lo dice Obama debe de ser verdad. 

Los que todavía no se han enterado del cambio de presidente son los talibanes. Son tan cerrados esos tipos que ni leen el periódico, así que deben de creer que todavía es Bush quien les bombardea. Pues no, entérense, señores talibanes: la guerra de Afganistán es otra cosa desde que llegó Obama. No es ni siquiera una guerra: es estabilización, consolidación, seguridad. Vamos, casi una operación de paz. 

Pero los talibanes nada, que no se enteran. Menos mal que ya quedan muy poquitos. Echo cuentas y, con todos los que han muerto en ocho años, no debe de quedar más de un puñado. Eso sí, los poquitos que quedan son muy brutos. Sólo así se explica que cada vez controlen más territorio, multipliquen los ataques y secuestros, y que las tropas extranjeras vivan recluidas en sus cuarteles.

Más Noticias