Trabajar cansa

No es lo mismo un niño que un menor

"Hay que cambiar con urgencia la ley. Los menores de 13 años no pueden ser inimputables" -José María Benito, portavoz del sindicato policial SUP-  

                             

¿Cómo llamamos a alguien que tiene doce o trece años? ¿Es un niño, un adolescente, o simplemente un menor? Podríamos creer que son sinónimos. Pero no es así, hay una clara intención en la elección de términos. Lo vemos estos días. Los menores violan, las niñas son violadas. Incluso aunque tengan la misma edad.

A los pequeños delincuentes nunca los llamamos niños, por corta que sea su edad. Son siempre menores, cuando no adolescentes, o incluso jóvenes. El tratamiento de niño lo reservamos para quienes merecen protección. Con la elección de términos ejercemos presión sobre los oyentes. Fíjense por ejemplo en el debate sobre el aborto. Los antiabortistas, para conmovernos, hablan de "niñas que abortan a espaldas de sus padres", aunque tales niñas tengan dieciséis años.

Nadie encarcelaría a un niño, ¿verdad? Por el contrario, a un menor lo encerramos sin tantos escrúpulos, aunque tenga la misma edad. Al niño hay que cuidarlo, protegerlo, reeducarlo si hace algo malo. Para el menor en cambio, aunque tenga los mismos años, no bastan cinco años de reclusión, hay que endurecer el código penal.

Hagan la prueba: digan "un niño viola", o "tres niños dan una paliza". No suena igual, ¿verdad? Pues ahora digan "centro de niños". Suena espantoso, es mejor llamarlos "centros de menores". Y lo mismo la ley, que nunca podría llamarse "ley del niño" si busca castigar a los delincuentes precoces.

Tenemos un problema, claro que sí. Pero por ahora la única solución consiste en pensar que no son niños, y recluirlos, castigarlos, rebajar la edad penal, convertir los centros de menores en cárceles. Lo único seguro es que cuando salen de ahí son cualquier cosa menos niños.

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