Trabajar cansa

Adivina quién viene a cenar

"Mañana hay una cena en la Moncloa con el presidente, y a lo mejor tenemos una sorpresa" -Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE-  

                     

Como el acuerdo entre empresarios y sindicatos se resiste, el presidente del Gobierno ha decidido organizar una cenita íntima esta noche, a ver si así se entienden. La intención original era montar una cita a ciegas, invitar por separado a cada parte sin decirle quién más iba a cenar, y así sumaba el factor sorpresa. Pero el encuentro se ha filtrado a la prensa y le hemos fastidiado el plan.

Como el Gobierno lleva meses haciendo el papel de alcahuete (que el ministro del ramo se llame Celestino parece un chiste demasiado fácil), ha pensado que nada como una cena a la luz de las velas para que se den con los pies bajo la mesa, o hasta acaben cogiéndose la manita.

Como saben, hasta ahora los empresarios han sido un poco bruscos y han hecho imposible el noviazgo, se han intentado propasar, ponían la mano en el hombro pero estiraban los dedos para rozar teta, iban a por todas, despido barato y rebaja en las cotizaciones sociales. Los sindicatos, por su parte, se hacían los estrechos y aseguraban que no buscaban más que amistad sincera, sospechando que los estaban llevando al huerto. Pero esta noche se mirarán a los ojos, con música romántica de fondo, y el presidente se ausentará tras el primer plato, con la excusa de que tiene algo en el horno, para dejarlos solos en el momento crucial.

No sabemos cómo acabará la noche, si bailarán pegados o si los sindicatos saldrán al balcón y la patronal les echará la chaqueta por los hombros. El problema puede venir a la mañana siguiente. Esperemos que los sindicatos no se despierten resacosos, con la boca seca y dolor de cabeza, sin recordar qué pasó anoche. Y que al darse la vuelta se encuentren un empresario en la cama.

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