Trabajar cansa

Aquí no necesitamos un Berlusconi

"Lo que tenemos que hacer es recuperar la política, la dignidad de la política, para que no nos pase como en Italia" -Joan Herrera, secretario general de ICV- 

              

Estos días se habla mucho del riesgo de "berlusconización" de la política española: que tanta corrupción acabe extendiendo entre los ciudadanos el desencanto por la democracia, y aparezca un líder populista que se levante sobre las ruinas del sistema de partidos, a la manera del hoy primer ministro italiano. 

¿Es posible un Berlusconi en España? No lo veo. ¿Vamos por el mismo camino que los italianos? Tampoco me lo parece. ¿Podemos estar tranquilos entonces? Ni mucho menos. Berlusconi es irrepetible, y aunque aquí también tenemos empresarios corruptos, políticos populistas, magnates mediáticos, gobernantes que intiman con jueces, delincuentes que eluden la justicia con triquiñuelas, y puteros que se dicen católicos, no se me ocurre nadie que concentre todos los atributos en una sola persona. Alguno posee varias de esas prendas; pero todas a la vez, si ustedes lo conocen díganmelo. Tampoco el sistema político, económico y judicial español tiene nada que ver con la Italia de los ochenta. 

Pero el que no debamos temer al coco Berlusconi no quiere decir que podamos dormir tranquilos. No hace falta buscar referentes extranjeros. Tenemos nuestra propia vía corrupta, autóctona, típicamente española. Que no vengan los italianos a darnos lecciones de nada, oiga, que tenemos toda una tradición de relaciones provechosas entre el sector privado y el público. 

Lo admirable de la corrupción española es que ha sido capaz de adaptarse a cada época, del franquismo a la democracia sin perder vigor. Y sobre todo, ha sabido construir sus espacios de impunidad. En eso sí se parecen los corruptos españoles a los italianos. A esa impunidad sí hay que temerla, no a un Berlusconi hipotético.

Más Noticias