"Somos los judíos preferidos de los nazis catalanes. Que hay nazis catalanes. Todos progres, señal de que son nazis" -Federico Jiménez Losantos, director de La Mañana-

Desde que gobierna el tripartito en Cataluña, llevamos años sufriendo la matraca: todo lo que venga de Cataluña es magnificado por la derecha política y mediática con una lupa deformante para convencernos de que hay un conflicto. Ya saben: los castellanohablantes están oprimidos, el Govern se gasta el dinero en chorradas, Carod es un payaso (y peligroso), el oasis está podrido, quieren ahorcar al rey, etc. Aparte de las ya clásicas acusaciones de insolidaridad y egoísmo.

Pero no sean malpensados, no hay campaña anticatalana, ni intención de extender la catalanofobia. Qué va. Nuestros españolísimos políticos y periodistas no tienen nada contra Cataluña ni los catalanes. Si luego los ciudadanos nos lo tomamos a la tremenda y vamos soltando burradas por la calle y en los foros de Internet, o dejamos de comprar cava, será que les hemos malinterpretado. Los exabruptos son sólo figuras retóricas, sin malicia. Como cuando tocaba dar la matraca con los vascos, ¿se acuerdan?

Por eso ahora los ardorosos nacionalistas españoles insisten en que la cosa no va con los catalanes, sino con la "oligarquía" que les gobierna. Así, en sus ataques siempre añaden la coletilla: "No tenemos nada contra los catalanes, que son buena gente, rehenes de una casta dirigente, preocupados por la crisis y el paro, no les interesa el Estatut, están hartos, etc".

Es verdad, pobres catalanes. Secuestrados por unos pocos sinvergüenzas, ésos que han apoyado el editorial del Estatut: medios, sindicatos, patronal, cámaras de comercio, asociaciones de todo tipo, clubes de fútbol... Ya ven, unos nadie, unos manipuladores que juegan con los sentimientos de una ciudadanía apolítica.