Trabajar cansa

Tragicomedia de Seseña

"Contra la corrupción se lucha en los juzgados, y no en la calle y los medios de comunicación contra todo un pueblo." -Comunicado del PSOE de Seseña- 

                    

Lo de Seseña, el enfrentamiento entre el alcalde Manuel Fuentes y el constructor conocido como El Pocero, Francisco Hernando, daría para una comedia. Algo de neorrealismo italiano, a la manera de aquellas peleas entre el cura Don Camilo y el alcalde Peppone, pero en versión castiza.

De entrada hay material jugoso para ello. Fíjense en los protagonistas: un alcalde comunista quijotesco que se opone al urbanismo salvaje de su pueblo. Un rey del ladrillo, self-made man de origen humilde y con ademanes de nuevo rico. Y una juez que pone fianzas millonarias y luego dice que se hizo un lío con los ceros. Todo ello ambientado en un pueblo manchego. ¿Qué no habría hecho el gran Berlanga con una historia así?

Pero aunque suene a chiste, la cosa no tiene ni pizca de gracia. Más bien al contrario: en un país en que a todos se nos llena la boca contra el urbanismo depredador, es una vergüenza la soledad del alcalde de Seseña, sometido a un interminable acoso judicial por parte del constructor, que suma una docena de querellas, con fianzas que obligan a abrir colectas entre los simpatizantes, y hasta alguna condena por calumnias.

Fuentes dice que él no se deja comprar –el anterior alcalde del PSOE, que permitió la macrourbanización, está acusado de corrupción tras multiplicar su patrimonio-, y que por eso le intentan callar sentándolo en el banquillo una y otra vez.

Para arroparle, y convertir Seseña en bandera contra la corrupción, Izquierda Unida ha convocado mañana una marcha a pie desde el pueblo hasta Madrid. El PSOE local la rechaza, porque dice que "estigmatiza" Seseña. Si ustedes no tienen miedo a las ampollas ni a los constructores, acompañen a este alcalde valiente.

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