Trabajar cansa

Idea para una historia de terror

"En los mercados no hay conspiración, hay especulación. Se produce cuando huele a sangre. Hay que generar confianza para que no huela." -Jaume Guardiola, consejero delegado de Banco Sabadell- 

         

Para mi próxima novela, se me ha ocurrido una historia de terror. Quiero compartirla con ustedes, a ver si la ven creíble. Trata de un grupo de tipejos peligrosos, de mentalidad fanática y sin escrúpulos, dedicados a extender el pánico por el planeta. Aunque todos comparten un ideario y unos objetivos, no están integrados en una organización como tal, sino que forman una red difusa de células y subgrupos -a la manera de Al Qaeda, para entendernos-. Durante décadas actúan alegremente, causando destrozos y víctimas en cualquier país.

Hasta que un día dan el gran golpe: todos los comandos aúnan esfuerzos, y con sus armas de destrucción masiva consiguen llevar el planeta al borde del abismo. La conmoción es tan grande, los gobiernos están tan desconcertados y los ciudadanos tan aterrados, que los tipos logran cobrar un enorme rescate, de billones de dólares, al tiempo que se aseguran su impunidad, que no serán perseguidos. Después, se retiran a sus cuarteles, desde donde continúan con sus acciones, engordando el botín y causando más víctimas, a la espera de un próximo golpe, tal vez definitivo. 

Para mayor terror, resulta que no están solos. Cuentan con redes de apoyo en todos los países, incluidos numerosos gobiernos que los financian y les dan refugio en su territorio. En casi todos los países cuentan con brazo político, en forma de partidos afines a su ideario, y brazo mediático, que se ocupa de hacer apología de sus acciones. Por si fuera poco, tienen bases diseminadas por todos los continentes, y escuelas propias donde los futuros activistas reciben formación, asegurando el relevo permanente de sus comandos. 

Su poder es total, y nadie parece dispuestos a pararles los pies, pese a los desmanes cometidos. No sólo pasan sin problema los controles aeroportuarios, sino que lo hacen por la sala Vips, pues viajan en clase business, sin que ningún escáner detecte el material peligroso que guardan en sus maletines. 

¿Les suena de algo este cuento? ¿Les parece una historia verosímil, o mejor la devuelvo al cajón por disparatada?

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