Trabajar cansa

Anda, valiente, métete con Mahoma

"Lamentamos que se hayan sentido heridos sentimientos y convicciones. La muestra sólo ha recibido la visita de 38 personas." -Comunicado de la Universidad de Granada-

                

No falla. Entre los muchos automatismos con que respondemos a diario, y que nos facilitan el pensamiento por la vía de la consigna memorizada, hay uno que nunca falla: en cuanto alguien, artista, cómico o escritor, hace una crítica en clave humorística del catolicismo, los ofendidos responden con la misma cantinela: "Qué valiente, a ver si te atreves a hacer lo mismo con el Islam."

Según ese razonamiento, meterse con Mahoma te cuesta la vida sin remedio, mientras que meterse con Cristo y familia sale gratis, no implica riesgos. Pues que se lo digan a Fernando Bayona, el artista que ha visto clausurada su exposición en Granada tras recibir amenazas de muerte a su correo personal. O que se lo cuenten a Leo Bassi, que lleva años amenazado y al que pusieron un artefacto incendiario en un teatro lleno. O al autor de aquel Me cago en dios, al que dos ultras golpearon sobre el escenario en plena obra, culminando toda una campaña de acoso.

Vale, los integristas islámicos son más brutos que los integristas católicos -al menos a día de hoy, porque si la comparación es histórica no sé quién ha quemado a más herejes-. A cambio, los pirados de la Yihad no cuentan entre nosotros con poder político y económico, medios de comunicación afines, poderosos activistas, privilegios institucionales, y capacidad para que todo un rectorado universitario cierre una exposición en día y medio.

Pero sobre todo, artistas como Bayona actúan dentro de una cultura, una tradición y una realidad donde es el catolicismo, y no el Islam, quien ha monopolizado durante siglos los discursos, los símbolos, la moral y las conciencias. Y que, como demuestran una y otra vez episodios como el de Granada, se resiste a perder su hegemonía y sigue siendo la llaga que escuece al mínimo roce.

Que hay fanáticos amparados en el Islam es cosa sabida, y denunciable. Pero eso no hace buenos a esos otros talibanes que serían capaces de parar hoy un rodaje como La vida de Brian, y exigirían a los Monty Python valentía para filmar La vida de Mahoma.

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