Trabajar cansa

De las corridas no se podrá ni hablar

"Mientras gobierne el PP en la Comunidad Valenciana, las corridas de toros y los festejos taurinos estarán garantizados." -Serafín Castellano, conseller de Gobernación- 

                 

No sé por qué se acusa de oportunismo e improvisación a Esperanza Aguirre por su decisión de proteger las corridas de toros. Al contrario, yo creo que esta vez le han faltado reflejos, ha sido lenta en reaccionar. Hace ya tres meses que la iniciativa popular fue admitida a debate en Cataluña, y si tarda un día más le pisan la foto torera sus compañeros valencianos, que ya llevaban varias semanas reuniéndose con el mundo taurino para declarar las corridas Bien de Interés Cultural (BIC). 

Una vez más, Madrid y Valencia se confirman como reservas espirituales del casticismo ibérico, aunque no están solas: los gobiernos socialistas de Extremadura y Andalucía son declaradamente protaurinos, aunque en su caso no apelan tanto a la tradición y la identidad como al interés económico. 

En principio la declaración de BIC tampoco es una garantía de nada. En la propia Comunidad Valenciana tenemos el ejemplo del barrio del Cabanyal, protegido como BIC sin que ello le haya librado de la acosadora piqueta popular. En cuanto a Madrid, también la Puerta del Sol está catalogada como patrimonio a proteger, y ya lo ven, no caben más espantos monumentales por metro cuadrado, y la reforman cada dos por tres. 

Pero la protección legal de las corridas de toros tendrá consecuencias. Aparte de los privilegios fiscales y ayudas públicas a los empresarios taurinos, y la obligación de los ayuntamientos de proteger la mal llamada "Fiesta", el blindaje evitará un debate en el parlamento como el de Cataluña. Imagino que los populares quieren ahorrarse el mal trago de escuchar en la tribuna a quienes detallan el sufrimiento del toro y denuncian la barbarie de los taurinos. En Madrid y Valencia no habrá iniciativa popular posible, pues los BIC son intocables. 

Eso sí, lo primero que hay que hacer con un bien protegido es restaurarlo, quitarle los añadidos y reformas que no tengan que ver con su aspecto original. Así que espero que recuperen las corridas como antaño, con desjarrete y caballos despanzurrados. Y que lo vean los niños, claro.

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