Trabajar cansa

Esos locos trabajadores con sus locos salarios

"Recuperaremos la competitividad perdida a lo largo del tiempo en la medida en que seamos sensatos salarialmente." -Valeriano Gómez, ministro de Trabajo-

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De tanto pedirnos moderación salarial, hemos acabado admitiendo que nuestros sueldos son excesivos, que durante años hemos cometido excesos salariales. Nos ha costado admitirlo, porque la nómina nos dice lo contrario, pero tanta insistencia en que nos moderemos sólo puede significar que antes se nos ha ido la mano, que hemos abusado de la buena fe de los empleadores y hemos cobrado de más.

Ahora, a la moderación se añade otra petición: la sensatez, tenemos que ser salarialmente sensatos. Como con la moderación, si nos lo piden será porque hasta ahora no hemos sido sensatos sino lo contrario: insensatos, irreflexivos, locos, según el diccionario de antónimos que tengo a mano.

Se ve que los trabajadores hemos sido unos inconscientes durante mucho tiempo, y por eso ahora el ministro de Trabajo nos promete "lustros de moderación y sensatez". Tan inconscientes hemos sido que ni nos dábamos cuenta de nuestros excesos y de nuestra insensatez: nosotros creyendo que éramos un país marcado por el mileurismo y el submileurismo, donde el paro y la precariedad tiraban hacia abajo de los sueldos y donde la mitad de trabajadores perdía poder adquisitivo año tras año por no tener cláusula de revisión, y resulta que no. Qué equivocados estábamos, qué insensatos.

Según Trabajo, hace falta una temporada larga de salarios creciendo por debajo de la productividad, para que así las empresas tengan más margen para invertir, y creen empleo. Está bien como planteamiento, pero para que este cuento de la lechera se cumpla no hacen falta lustros, sino siglos de moderación salarial.

Porque si hay algo inmoderado en este país son los beneficios empresariales. Visto el crecimiento que las compañías del Ibex tuvieron el año pasado, ya podían moderar un pelín lo que destinan a retribuir a los accionistas, y reinvertir más en la propia empresa. Pero ocurre lo contrario: cuando una gran empresa como Telefónica bate su record de beneficios, envía una comunicación bursátil anunciando que va a reestructurar sus costes laborales para seguir aumentando el beneficio. Toma moderación.

 

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