Trabajar cansa

Ni mirando a las aceras, ni a las nubes

"No se trata de arreglar el mundo; se trata de arreglar tu mundo, se trata de arreglar tu barrio, tu acera, tu portal." -Video de campaña electoral del PSOE-

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No sé si se han fijado en que cuando los dirigentes del PP se refieren al 22 de mayo hablan sólo de "elecciones", y si dicen "municipales y autonómicas" es con la boca pequeña, bajito. Por el contrario, los portavoces del PSOE levantan mucho la voz para decir, con mayúsculas, "MUNICIPALES y AUTONÓMICAS".

Unos quieren que votemos como si fuese la primera vuelta de las generales, capitalizando el malestar por la política económica y el desgaste de Zapatero; y otros insisten en que no miremos más allá del portal, no sea que nos acordemos de la reforma laboral, la de pensiones y los cinco millones de parados.

Entre los primeros, Cospedal aseguraba ayer que "el futuro del país está en juego" el 22 de mayo, y lo que votemos será decisivo para toda una década. Por su parte, el PSOE presentó un video donde nos recuerda que votamos en la distancia corta, para arreglar "tu barrio, tu acera, tu portal".

Si ven el video del PSOE, comienza con una vista de la Tierra desde el espacio, y hace un zoom rápido para descender hasta la acera del barrio. Pero tras ver las encuestas del CIS, el video parece ilustrar una caída libre, el batacazo desde lo más alto hasta la dura acera que se puede pegar el PSOE.

Estas elecciones recuerdan a las de 1995, que adelantaron en un año la victoria de Aznar y castigaron con dureza al PSOE, que se quedó tiritando en ciudades y regiones. La bofetada al moribundo Felipe González la recibieron alcaldes y presidentes, mientras el PP hizo caja tras una campaña donde habló más de González que de las aceras.

Sin necesidad de quedarnos en el portal o no levantar los ojos de la acera, estaría bien que votásemos concejales y alcaldes, diputados y presidentes autonómicos. Más que nada porque el voto de castigo acaba siendo un castigo para nosotros: no olvidemos que muchos de los que cogieron el sillón en 1995, aupados al descontento contra el Gobierno, ya no lo han soltado. También estaría bien recordar que hay más opciones, y evitar un bipartidismo que en anteriores elecciones dejó muchos ayuntamientos y parlamentos en un asunto de dos.

 

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