Traducción inversa

Políticos para la sobremesa

Los índices de popularidad de Zapatero y de Rajoy están por los suelos y sin embargo nadie pregunta en las encuestas serias con cuál de los dos nos gustaría compartir una sobremesa. La cuestión puede llegar a ser compleja y les explicaré por qué. Yo mismo, en caso de ser abordado con ese interrogante, no lo dudaría ni un momento: estoy seguro de que Mariano Rajoy es una persona mucho más interesante en las distancias cortas que el actual presidente de Gobierno.

  De tener que compartir mesa con alguno de los dos, de entrada preferiría a un tipo como Rajoy, cachazudo, socarrón, buen conversador y bien provisto con las alforjas de la ironía (aunque su programa me parezca nefasto). Por otro lado, es sabido que fuma habitualmente puros habanos, con lo que no puede ser de ninguna manera una mala persona.

  Zapatero, por otro lado, es demasiado "simpático", demasiado risueño, demasiado optimista como para soportar la prueba de una sobremesa larga y civilizada. Seguro que se aburriría pronto y le molestaría el humo del buen tabaco.

  Esto, por supuesto, no es una profesión de fe bipartidista. Ni siquiera tiene nada que ver a quién votas con de quién te gustaría escuchar confidencias. Hay otros líderes en la política actual con los que valdría la pena compartir una buena digestión. Pienso en Josu Erkoreka, en Josep Lluís Carod Rovira o en Alfonso Guerra (un clásico inmortal). Luego serán o habrán sido buenos o malos gobernantes pero eso no tiene nada que ver. Se pueden proyectar complicidades ideológicas, pero organizar una sobremesa es algo infinitamente más delicado. Eso sí que es alta política.

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